Mi mamá siempre decía que prefería reírse, y todo el mundo que se le acercaba buscaba reírse, porque salía con sus ocurrencias y sus cuentos.
Y en efecto, no es fácil hacer reír, es un dote o una condición de ciertas personas a las que se les cataloga como graciosas, y a los que muchas personas buscan para pasar un buen rato.
La risa es una terapia, relaja, distrae y anima, tanto así que la gente paga porque la hagan reír.
Hay personas malhumoradas, depresivas, antipáticas, groseras, tímidas, etc., y pues claro, las graciosas o las chistosas, y cada quien por regla general, transmite su humor a las demás personas que los rodean.
Prefiero reírme es una actitud frente a la vida, es mirar las cosas de un ángulo especial tratando de sacarle alegría, chiste o humor. Pero se tiene que tener cuidado para no herir sentimientos, cuando del humor se pasa a la burla; caer en malos entendidos cuando del humor se pasa al insulto o la humillación; o que las personas no nos tomen en serio, cuando del humor se pasa a la mentira.
Dice Nietzsche, que el humor es una muestra de inteligencia, no todas personas tienen la capacidad de transformar una realidad, en un chiste.
Prefiero reírme es una forma de ser que te permite romper barreras, relacionarte con las personas, agradar a las personas, y darle cariño haciéndolas reír.
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