La inteligencia emocional propone que el ser humano no es solo racional, sino también emocional, y que no es totalmente conveniente que la razón domine todas las emociones o las anule, porque las emociones nos permiten también relacionarnos correctamente, al poder identificar nuestros estados de ánimo y el de los demás, para poder comportarnos de acuerdo con las circunstancias. Así un padre puede ser exitoso en el trabajo, pero no saber como comunicarse con su hijo, o un esposo puede ser un gran abogado, pero no poder mantener una relación sentimental sana.
Las emociones las tenemos todos, y ellas influyen en nuestro comportamiento, no siempre estamos del mismo ánimo y por eso, nuestro comportamiento cambia. A veces estamos tristes, preocupados, felices o enojados. Cuando llegamos a nuestra casa después de un mal día en el trabajo, nuestro comportamiento es muy diferente, de cuando tenemos éxito en nuestro empleo. El tema es que hacer para evitar que esas emociones nos lleven a tener una pelea con tu esposa o con tus hijos, basada en los problemas y la frustración que tienes después de un mal día de trabajo, y que hacer cuando son más los días malos que buenos.
La inteligencia emocional le permite a las personas ser acertivas, prudentes y agradables con las demás personas para tener mejores relaciones y éxito en la vida. En muchas ocasiones, personas muy inteliengentes no logran ascender profesionalmente por carecer de las competencias comunicativas, que otros menos inteligentes si tienen.
El preocuparte en exceso, darle mil vueltas a un asunto y no darle una solución, te puede llevar a la depresión, donde no encuentras emoción o estímulo a hacer las cosas y te concentras en pensamientos negativos, como, yo no puedo, eso es imposible, eso no es para mi. La persona se bloquea, sufre de un desaliento hacia la vida y se deprime.
La inmadurez impide aprender de los errores cometidos, reincidiendo en ellos. Se toman riesgos innecesarios y hay un alto grado de irresponsabilidad que coloca en riesgo a terceros y al propio inmaduro. La impulsividad sin control, los lleva a cometer errores que los deprimen, fracaso tras fracaso, sin aprender de ellos, accidentes, alcoholismo y drogadiccion, algunas de las salidas a tanta frustración.
El soberbio no le da la razón a nadie y aunque este evidentemente equivocado sigue sosteniendo lo contrario. Tiene serios problemas para comunicarse con otros, porque cae antipático. Sufren en la soledad, por no poder pedir disculpas o reconocer sus errores, porque los consideran signos de debilidad.
El narcisista destruye el autoestima de todos a su alrededor al menospreciar y subvalorar sus logros. Una persona tóxica por su egoísmo exacervado, no hay nadie mejor y todos son inferiores.
El maltratador es una persona que usa a la violencia como única forma de solucionar las controversias con los demás. La violencia es aprendida y surge en los hogares, donde los niños aprenden de la violencia de sus padres, o sus padres no le enseñan otra forma de solucionar sus problemas. La violencia puede ser impulsiva o premeditado, la segunda es denominada venganza. La violencia surge del sentimiento de furia que se desencadena por una situación que la genera, y que el individuo reacciona violentamente, cuando no encuentra otras opciones como el diálogo, la negociación o la persuasión.
La celotipia es un trastorno obsesivo compulsivo donde una persona se obsesiona con su pareja, y le surge un miedo al abandono, ya sea fundado - por una infidelidad- o imaginario, que lo lleva a dudar, desconfiar y a tratar de confirmar el amor, cada dicho o situación de su pareja. La desconfianza destruye la relación, nadie puede vivir bajo sospecha y vigilado toda su vida.
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