TEMAS PARA TENER EN CUENTA EN LA CRIANZA DE UN HIJO
La crianza de un hijo no es un tema sencillo. Ningún hijo trajo un manual debajo del brazo y cada uno trae una personalidad diferente, por tanto, el conocimiento que puedas tener de uno, no se puede aplicar con el otro. Igualmente, cada hijo es una mezcla de sus padres, y tienen cosas incluso de la familia de ambos, pueden parecerse a tu esposo o a tu esposa, pero tienen cosas tuyas al tiempo, y pueden tener cosas de tu suegro o suegra, o incluso de sus tíos y tías, es impresionante como la genética juega como una ruleta rusa dando tintes de muchas cosas de cada familia.
Igualmente los niños imitan mucho lo que ven, el ejemplo de los padres es fundamental, y el factor de imitación es muy propio del ser humano para sobrevivir, y es un tema casi que instintivo, en el cual, las personas imitan a otros, y así aprenden. Por eso un hijo es una gran responsabilidad y un gran compromiso, que tiene muchas cosas buenas, muchas cosas malas, aprendes, amas, te enfureces y entiendes muchas cosas en el camino, te dan satisfacción y te dan fuerzas para vivir la vida.
La protección, la frase anterior se aplica tanto para hombres, como para mujeres, uno como padre siempre quiere proteger a su hijo, así no esté con él, siempre quiere que tenga los principios y fundamentos que le permitan sortear las dificultades que va a tener en la vida. A veces hay que dejar que ellos mismos se estrellen y aprendan, pero siempre hay que estar ahí para ayudarlos cuando se pierdan, y deban reencontrar su camino, todo ello, con mucha paciencia y sabiduría.
Tu hijo tiene muchas cosas tuyas, por genética se transfieren los rasgos físicos y psicológicos, pero a su vez, tu eres su ejemplo. Cuando das buen ejemplo, los hijos quieren imitar a sus padres. Cuando las cosas no son buenas, los hijos tienden a rechazar el modelo paterno o materno. Así las cosas hay un modelo de imitación y un modelo de rechazo, que surge especialmente en la adolescencia, cuando los hijos descubren que los padres también se equivocan y tienden a rechazar lo errores para no volverlos a cometer. Así es cuando, en la edad de la adolescencia, los hijos comienzan a forjar su propio carácter identificando qué quieren hacer, qué quieren imitar de sus padres y qué errores no quieren volver a cometer.
¿Pueden ser los hijos, como los padres? Pues es difícil, pueden ser mejores, o pueden no ser tan buenos como los padres, como se dijo, es una ruleta rusa, donde juegan factores genéticos, factores psicológicos, y factores sociales, también depende del ejemplo que le das, y la elección que tenga cada hijo. ¿Depende de ti como padre? Sí, tu deber es dar buen ejemplo y disciplina. ¿Depende de ti absolutamente? No, porque debes respetar las elecciones de tu hijo, de lo contrario nunca crecerá.
La vida es una constante prueba donde van a ocurrir cosas buenas o cosas malas. Todo es un constante aprendizaje. Para hacer bien las cosas, es necesario planificar, pensar y tener orden. Entre las cosas que debes enseñarle a tu hijo es como ganar, porque si no le enseñas a tener éxito, se va a frustrar.
No todo lo tiene que ganar, pero si tiene que aprender como ganar sus cosas con mérito y con principios.
Los hijos deben prepararse para competir, para luchar y para enfrentar los retos que le pone la vida. Saber que tener amistades es importante, saber que hacer bien su trabajo es importante, saber tener una buena relación de pareja es importante, saber como ganar un examen es importante, saber cómo discutir también es importante, exigir respeto es importante, y todas esas cosas, se logran con esfuerzo, paciencia y sabiduría, cada movimiento tiene una consecuencia como en el ajedrez, a veces hay que atacar, en otras hay que retirarse, y en otras hay que sacrificar cosas.
Los hijos deben aprender, que si bien es cierto hay partidas que no se pueden ganar, se debe dar la mejor pelea para quedar conforme y no decepcionado.
El amor en los hijos es importante, no hay que contenerlo, pero al mismo tiempo, no se debe malcriar. No se puede permitir que todo lo logren a través del lloriqueo o las pataletas, sino con merecimiento y esfuerzo, que entiendan que pueden lograr las cosas de una forma correcta. Darle al niño todo lo que pida, no le hace bien, pero tampoco se le puede negar lo que se merece.
El gran deber de los padres es que sus hijos vivan y puedan tener buenas oportunidades, y que se sientan amados, porque ello los hace mejores personas y más seguros. El amor que reciben los hijos, les permite aprender cómo dar amor a otros y ello es muy importante. El niño que no recibe cariño de sus padres, crece con un vacío emocional, que lo vuelve demandante de amor o negado para el amor.
La disciplina no es maltrato, y los hijos deben entender que existen límites, si no se los enseñan los padres, la vida se los enseñara en un futuro y no de buenas maneras. El maltrato es el exceso de la fuerza o la fuerza sin justicia, y la fuerza no es solo física, sino también verbal y de trato. Los límites deben enseñarse, y deben ser acogidos con base en el respeto y no con base en el miedo, el hijo debe interiorizar que no hace algo, porque tiene una implicación negativa y por respeto a sus padres, y no porque le tienen temor a ellos.
Saber amar a una pareja es otra de las cosas que los hijos deben aprender. Y el aprendizaje se da en principio con el ejemplo. Los niños aprenden de ti, de cómo se debe tratar a una pareja, de ahí que debas dar tu mejor ejemplo.
Luego, tus consejos son importantes. Debes hablar con ellos cuando ellos te lo pidan o cuando sea el momento indicado. No seas impertinente, impositivo o celoso. Debes apoyar y guiar, y no imponer tus criterios sobre sus elecciones. El respeto es fundamental, si sientes que se está equivocando debes hacérselo saber, y advertirle (yo te lo dije). Si es él el que se está equivocando con la pareja, corrígelo y regáñalo, para que no lastime a la otra persona.
Ayúdalo a escapar de las malas personas y de las relaciones tóxicas. No lo abandones en estas circunstancias, porque él es la víctima de la otra persona, no es el culpable.
Otra de las facetas de la crianza, es enseñarle a los hijos a manejar los ataques de otra persona. Muchas personas por envidia o maldad querrán atacar a tus hijos, y tendrás que defenderlos y a medida de que van creciendo, deben enseñarle a defenderse de otras personas, con inteligencia. Debes enseñarle que lo malo en términos generales es matar o robar, y que no debe prestarle atención a otro tipo de juicios menores. Que lleve siempre la frente en alto y que sepa ignorar a las personas que sin justificación lo atacan. Debes enseñarle que la envidia de lo que hace bien, y de lo que es, siempre le generará enemigos, y que siempre tendrá que lidiar con ello, con dignidad e inteligencia.
En lo político, enséñale a tener criterio, a ver que las cosas no son en blanco y negro, y que no sea fanático de ideas que hacen que los hombres se enfrenten y discutan, cuando unos y otros, pueden tener parcialmente la razón. Enseña que mientras las personas se agreden y se matan en las calles, los líderes están en sus casas riéndose de todo lo que ocurre. Enséñale que el valor de las ideas es parcial, y que depende de las circunstancias de tiempo modo y lugar. Enséñale a negar lo malo y lo absurdo y a aceptar lo bueno y lo razonable.
A los hijos hay que enseñarlos a tratar a las personas, y que su éxito personal y profesional, depende en gran forma, de las maneras como logras relacionarte con ellas.
Una persona con un buen trato, es bien recibida en cualquier reunión, trabajo o familia, y si sabe como tratar a las personas, podrá conseguir lo mejor de todas ellas, y obtener lo que busca de la forma indicada, sin que nadie se sienta mal.
Aprender a amar, aprender a escuchar, aprender a hablar con otros, tener empatía y manejar las relaciones personales, es muy importante tanto para el éxito personal, como para el laboral.
A los hijos hay que enseñarlos a tener dignidad, a que no dejen que otras personas las maltraten o las humillen. Por eso es importante que los padres no los maltraten, para que ellos no se anulen a sí mismos. Hay que enseñarle a los hijos a tener temperamento y a que se sepan defender, que sepan desafiar a los tiranos que los quieran someter, ya sea que se trate de un jefe, de un enemigo o de su pareja. Que tengan criterios para decir no, no acepto y me voy.
En lo económico, enséñales a producir, a trabajar, a ser exitoso en el trabajo. Aconséjalo cuando te requiera, guíalo en lo que puedas, y conéctalo con buenas personas y buenos clientes, para que le vaya bien. Enséñalo a ser productivo, emprendedor y luchador, que se gane sus logros con el sudor de su frente.
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