ASESINOS E INOCENTES: POR LA
HERENCIA DEL RECTOR.
Mario Moreno, un abogado
penalista estudiaba un caso de un cliente en su oficina, tenía que hacer una
apelación que tenía que presentar ese mismo día por la tarde, cuando de repete
su asistente le dijo que una nueva cliente estaba esperando en la sala para que
la atendiera sin cita previa. Le dijo a su asistente que la iba a atender, pero
que por favor lo esperaba 10 minutos que estaba preparando una apelación, y que
necesitaba terminarla para poderla presentar.
Luego de diez minutos
hicieron pasar a la clienta, se trataba de una mujer de unos cuarenta y tantos
años, bien elegante, atractiva, pero que vestía de negro y se le notaba un gran
dolor en el rostro. Todos los clientes que vienen por una acusación penal,
tienen un tinte de miedo, rabia y dolor en su cara, no es fácil estar en el ojo
del huracán de la sociedad que los señala, ni de la lupa de la justicia penal.
Algunos dicen ser perseguidos y que sus enemigos los quieren tras las rejas,
otros admiten que hicieron algo malo, pero que no era para tanto, y otros
buscan a un abogado para que haga una especie de magia y los saque del problema
en que se metieron, pero todos, absolutamente todos tienen una historia que
contar, y la necesidad de ser escuchados. El abogado se convierte en un
confesor, un confidente, en un guía emocional, en psicólogo, en coaching y a
veces en un gran amigo.
Después de las
presentaciones, los clientes y abogados buscan referencias, de quién los
conocen, quiénes los recomendaron y por qué. Se trata de romper el hielo y de
ir ganando confianza, y si no se conocen, se terminan hablando de personas
conocidas en común. Esa etapa es muy importante, pues ambas personas se están
analizando y están viendo si pueden o no confiar. Aquí el abogado hace la
conexión con su cliente, y hace márquetin con su forma de hablar, con su forma
de trata, habla de con quién ha trabajado, de cómo trabaja, y qué tanto conoce.
Muchas veces, el cliente
llega preguntando ¿Usted no sabe quién soy yo? O ¿No ha escuchado de mi caso
por la prensa?
En otras ocasiones se dice,
tengo un caso complicado, pero no se como comenzar, y uno le contesta: “Pues
del principio”
Escuchar y ser paciente, no
juzgar y tratar de obtener la mayor cantidad de información relevante desde el
punto de vista jurídico, el problema es que el cliente te esta narrando su
vida, el problema en que se encuentra metido tiene muchas razones y muchos
detalles, unos relevantes, otros no tanto, y otros totalmente irrelevantes. Hay
que tomar notas, hay que hacer esquemas, preparar explicaciones y justificar
por que ciertos temas son relevantes e irrelevantes.
Luego el cliente le pregunta
a uno por el diagnóstico: “¿La ve muy difícil?
Y la respuesta de todo
abogado es y debe ser: “Depende”
Sonia: Buenos días Dr.
Moreno, mi nombre es Sonia Vargas, me lo recomendó el dr. Alfredo Gómez, me
habló muy bien de usted, y me dijo que me podía ayudar con mi caso.
Moreno: Buenos días, sí, soy
buen amigo del Dr. Gómez, nos conocemos desde hace años, y siempre me
referencia para casos penales, es muy buena persona y un gran profesional.
Sonia: Si, es muy buena
persona, yo confío mucho en él, por eso, he venido a buscar su ayuda.
Moreno: Sí, claro, en qué la
puedo ayudar.
Sonia: Bueno, déjeme ver por
donde comienzo…
Moreno: Pues, por el
principio.
Sonia: ¿Sabe usted algo de mi
caso?
Moreno: Pues, la verdad es
que no me ubico mucho con su nombre, así que si me cuenta un poco, podría saber
cómo la puedo ayudar.
Sonia: Ok, mi nombre es Sonia
Vargas, soy la ex esposa del señor Gustavo Fernández, ex rector de la
Universidad Metro.
Moreno: Mmmm, ya me suena,
algo he escuchado… pero continúe por favor.
Sonia: Bueno, resulta que mi
esposo murió hace 10 días, donde le dio un pre infarto en nuestra casa, yo me
di cuenta, llamé a la ambulancia, lo llevaron a la clínica donde trataron de
reanimarlo, pero desafortunadamente murió (Llora).
Moreno: Bueno, lo siento
mucho.
Sonia: Gracias Doctor, el
problema que tengo ahora es que sus dos hijos, han presentado una denuncia
penal en mi contra, porque piensan que yo lo maté.
Moreno: ¿Y en qué se basan
para hacer tal acusación?
Sonia: Gustavo y yo nos
casamos hace 6 años, el es 40 años mayor que yo, era un hombre supremamente
rico, tenía en bienes unos 60 mil millones de pesos, otra cantidad de dinero en
efectivo, además era rector de la Universidad Metro, que además administraba el
Hospital Universitario, con unos ingresos enormes también. Nos conocimos en la
Universidad Metro, yo entré como abogada a trabajar en la Universidad, y me
conoció en una reunión, desde ahí, me reasignó como su asistente, el me
invitaba a comer, a salir, y bueno, poco a poco surgió primero un romance, y
luego formalizamos el romance, y nos casamos, en contra de la voluntad de sus
dos hijos, Mariana y Roberto, quienes siempre me trataron con desprecio y me
decían que era una arribista. Después que nos casamos, Gustavo comenzó a
encargarme de temas más gerenciales, y me nombró en el Hospital Universitario
como gerente, donde hice una muy buena gestión, mejoré las ventas, mejoré las
instalaciones y bueno, así me gané su confianza con mi trabajo. Sus hijos nunca
estuvieron de acuerdo con mi nombramiento y siempre le reclamaron a su papá por
haberme dado ese poder. Gustavo tenía ya 80 años y su salud comenzó a
deteriorarse, pero yo seguía siendo su esposa, y cada vez más, me tocaba asumir
más labores, pues me tocaba representarlo en varias reuniones donde el no
podía, y me tocaba tomar varias decisiones importantes, que el por temas de
salud no podía. Como su familia sus dos hijos y sus hermanos no me tomaban en
consideración al principio, poco a poco, fui empapándome de los asuntos de la
Universidad y del Hospital Universitario, donde yo con poder de Gustavo,
comencé a tomar muchas decisiones, lo cuál sin duda generó la resistencia de
sus hermanos en la Universidad, y de sus hijos en lo que tenía que ver con las
propiedades personales de Gustavo y con el Hospital. En una ocasión, yo estaba
liderando una reunión en la Universidad, y los hermanos de Gustavo, se fueron a
la casa de este para llevarlo a la reunión, para que me desautorizaba, pero
Gustavo me apoyó, y lo que dijeron los hermanos es que yo lo estaba
manipulando. En otra ocasión habían unas fincas que estaban a nombre de
Gustavo, y nosotros queríamos hacer un viaje y hacer unas inversiones, y esas
fincas estaban prácticamente abandonadas y nos estaban ofreciendo un buen
dinero, así que aproveché hablé con Gustavo y decidimos vender esas fincas.
Entonces, los hijos cuando se enteraron comenzaron a decir que yo estaba
despilfarrando los bienes de su padre, y me advirtieron de que no podía estar
vendiendo bienes de Gustavo sin autorización de ellos. Yo, la verdad es que les
hacía poco caso y siendo abogada, sabía cuáles eran mis derechos y qué podía
hacer y qué no. Y la verdad es que había una cantidad de inmuebles que Gustavo
tenía en completo abandono, sin producir, que yo comencé a arrendarlos y a
venderlos, y los hice más productivos. Y claro, a los hijos de Gustavo, eso no
les hacía mucha gracia. Hace un año Gustavo comenzó como problemas de salud, se
agitaba mucho cuando subía las escaleras o caminaba mucho, por eso comenzamos a
llevarlo al médico, para hacerle chequeos, comenzó a tomar medicamentos para la
presión, y bueno, luego tuvimos un susto, pues sufrió un infarto, lo llevamos
de urgencia a la clínica, donde lo trataron, lo estabilizaron, y volvimos a
casa, y comenzó con un tratamiento. Nosotros ya no teníamos intimidad un poco
antes de eso, pero seguíamos en nuestra relación como esposos para todos los
efectos sociales.
Moreno: Bueno, veo que hay un
fuerte problema familiar y una herencia pendiente de ser repartida.
Sonia: No solo eso, también
hay un problema, y es que, bueno… tengo que contárselo necesariamente, yo tuve dos
romance con dos personas diferentes. Como le dije, pues con mi esposo, en razón
de su edad, y su salud, pues ya… no…
Morena: Tranquila… entiendo a
lo que se refiere.
Sonia: Pues yo soy una mujer
joven, y bueno… tuve un par de romances, y Gustavo se enteró de uno. Desde ese
momento, comenzó con los celos, comenzamos a discutir, y me vigilaba con los
escoltas bastante. En dos ocasiones me desautorizó en reuniones de la
Universidad, y era por puros celos. Luego del primer infarto, yo dejé la
relación, y a Gustavo se le bajaron los celos y volvió a confiar en mí, sin
embargo, siempre me sentía bajo sospecha. Yo seguía teniendo el poder de él
para representarlo en todas las reuniones de la Universidad, y seguía
manteniendo mi cargo como gerente en el Hospital. Los hermanos y los hijos
comenzaron a atacarme mucho más, pues comenzaron a visitarlo a la casa, veían
que el estaba enfermo y me criticaban por no cuidarlo, y que estuviera más en
el trabajo, que pendiente de mi esposo.
La verdad, no era fácil para mí lidiar con la edad y con la enfermedad,
así que me concentré en el trabajo, así que puedo reconocer que sí, yo me
encontraba más en el trabajo que en el hogar, pero eso sí, a Gustavo no le
faltaba nada, había una enfermera, y había dos empleadas, el no estaba solo y
todas estaban muy pendientes de lo que él necesitara, los médicos lo iban a
visitarlo en la casa, ya el salía poco, compartíamos en el desayuno y en las
noches durante la cena. Yo almorzaba en el trabajo. La noche en que murió, ya
hace diez días tuvimos una discusión, el me hizo una escena de celos,
preguntándome dónde estaba, y con quién estaba, yo le dije que salí tarde de
una reunión, y en efecto, yo estuve en mi oficina donde estuvimos celebrándole
el cumpleaños a una de mis asistentes, y bueno perdí la noción del tiempo y
llegué a mi casa pasadas las 8:30 p.m. El se ofuscó mucho, estaba muy enojado,
me gritó, me insultó y yo también lo insulté, porque no estaba haciendo nada
malo. Luego me encerré en el cuarto y el se quedó afuera golpeando y gritando,
y yo no le presté más atención. Luego no sentí más la voz, se sintió un
silencio por mucho tiempo, luego escuché a la enfermera gritar. Salí del cuarto
y encontramos a Gustavo en el suelo inconsciente, llamamos de inmediato a una
ambulancia, vinieron los paramédicos, se lo llevaron, yo fui con él en la
ambulancia, yo le pedía perdón, porque me sentía culpable de no haberle abierto
la puerta, y cuando llegamos al hospital que ingresó a UCI donde lo siguieron
reanimando me despedía pidiéndole perdón. El desde la casa estaba ya
inconsciente, y luego salió un médico que me informó que Gustavo había
fallecido y yo rompí a llorar. En ese momento llegaron los hijos de Gustavo,
todos comenzaron a llorar.
Luego supe que a Gustavo se
lo habían llevado a medicina legal, porque se iba a investigar las causas de
muerte.
Luego supe que los hijos me
habían denunciado por haberlo matado, pues Gustavo llegó a la clínica con una
fuerte contusión en la frente, tenía moretones en los dos brazos, y según tengo
entendido, que tenía dos costillas rotas. Los hijos dicen que yo lo golpeé en
la cabeza y lo tiré al piso, y que por eso se murió.
Aquí está la historia
clínica, donde se coloca que Gustavo ingresó por un fuerte golpe en la cabeza,
que tenía laceraciones en sus brazos y que tenía dos costillas rotas. Fuera de
eso, en la denuncia que me pusieron, sacaron a relucir lo que dijo la enfermera
de que habíamos peleado previamente, que hubo gritos e insultos antes de que
muriera.
Yo antes de que muriera
Gustavo ya tenía varios bienes en proceso de venderlos con su poder, y esas
ventas se registraron en días previos a su muerte, y otra después de su muerte,
lo que para los hijos es sumamente sospechoso. Además, luego de la muerte de
Gustavo, yo he seguido administrando los asuntos del Hospital Universitario y
la Universidad, pues ello no se puede detener, y lo he hecho con base en el
poder que me otorgó en su momento Gustavo, y ello, ha generado que sus hermanos
y sus hijos, siguieran hostigándome y tratando de oponerse a todo lo que yo
hago. Además, los hijos conocieron sobre el tema del romance, y también lo
están utilizando para atacarme.
Bueno, eso es en resumen mi
caso… ¿cómo lo ve?
Para un abogado penalista es
todo un compromiso defender a un inocente, que cuenta su versión de los hechos,
y las evidencias son comprometedoras. En esos momentos, el abogado comienza a
trabajar en todas las posibilidades de defensa, y de buscar las evidencias para
comprobar la versión de su cliente. En temas penales, el problema de los
clientes es que en muchas ocasiones crean una mentira que ellos mismos se la
creen, y que para ellos es su verdad. Con esa mentira han engañado a mucha
gente, y también intentan engañar a su abogado, y lo peor, es que a veces lo
logran. El abogado penalista por regla general, le cree a sus clientes con
beneficio de inventario, pues es muy consciente de que esta trabajando con
delincuentes, y que ellos, están acostumbrados a mentir, sin embargo, siempre le advierte a su
cliente, de que si no le dice totalmente la verdad, es muy complicado
defenderlo, pues pueden surgir sorpresas a las que no se tengan formas de
neutralizar.
Moreno: Bueno, veo un caso
complejo por el contexto familiar y los intereses económicos que se encuentran
en juego. Si me pregunta, mi respuesta sincera es que temas como el manejo de
los bienes, la infidelidad, y la lucha por el poder no favorece. Hay que
esperar el dictamen de medicina legal para conocer la causa de muerte, porque
la historia clínica tampoco es muy favorable. Veo que hay gente en su contra e
interesada en hacerle daño, y una versión de la historia que aún no ha sido
contada y que habría que soportar con pruebas.
Sonia: ¿Puede ayudarme?
Moreno: Sí claro, haré todo
lo que esté a mi alcance, le pasaré mi propuesta de honorarios, un contrato de
prestación de servicios y un poder para poderla representar desde el momento en
que me lo firme, seré formalmente su abogado, pero si quiere que comencemos
desde ya, necesitaría varios temas.
Sonia: Sí claro Dr., sí
quiero que comience a trabajar lo más pronto posible ¿qué necesita?
Moreno: Por ahora necesito
entrevistar a las dos empleadas y a la enfermera que trabajaban en su casa. Voy
a necesitar también que rindamos esa declaración que me acaba de hacer ante la
Fiscalía, y necesitamos urgente, tener acceso a la necropsia del señor Gustavo.
Voy a tratar de contactar al médico que escribió la historia clínica, pero es
muy probable que no me quiera atender y alegue secreto profesional. Necesito
hablar con varias personas que estuvieron en el cumpleaños de esa noche, entre
ellas la que cumplía años. Y bueno, que me de sus datos de contacto y yo les
doy los míos para cualquier tema adicional que vaya surgiendo. En estos
momentos el tema clave es el informe de medicina legal, pero en todo caso le
advierto, que vamos a necesitar un perito, que es un amigo médico forense.
ENTREVISTA CON LA ENFERMERA
MARÍA RAMIREZ.
Moreno: Buenos días, señora
María.
María: Buenas tardes Dr.
Moreno: Yo soy abogado de la
señora Sonia Vargas, solo quería hacerle unas preguntas sobre lo ocurrió el día
en que falleció el señor Gustavo. Moreno: Voy a escribir lo que usted me diga
para que quede registrado, ¿me autoriza usted?
María: Bueno, dígame a ver.
Moreno: Bueno, voy a ir al
punto importante: ¿A qué horas llegó la señora Sonia a su casa ese día?
María: Eran como las 9 y 15
de la noche, se lo digo porque a las nueve le tocaba una medicina al señor
Gustavo, y yo ya se la había dado.
Moreno: Muy bien, cuando
llegó la señora Sonia ¿Qué ocurrió?
María: Uy, el señor Gustavo
se molestó muchísimo, lo primero que le dijo fue que ¿dónde estaba a esas horas
de la noche? Y ella le contestó que “estaba en una reunión en la oficina”, y el
le dijo “mentiras, en la oficina no había ninguna reunión a esa hora”, y ella
le dijo, “que sí, que estaba en un cumpleaños”, y el comenzó a decirle
“Mentirosa”, “Zorra”, que “¿con quién se estaba acostando?”
Moreno: Disculpe, ¿usted
había presenciado este tipo de discusiones antes?
María: Si, desafortunadamente
sí. Durante el último año, sí se habían presentado varias discusiones, cuando
ella llegaba muy adentrada la noche.
Moreno: ¿Hubo agresiones
físicas?
María: Bueno, no físicas, se
gritaban mucho, había insultos, ella se encerraba en su cuarto, y el seguía
gritando y en ocasiones tiraba y rompía adornos de porcelana.
Moreno: Bueno, volvamos a esa
noche en que el señor Gustavo murió. Cuando el señor Gustavo comenzó a insultar
a la señora Sonia, ¿dónde se encontraban ustedes?
María: estábamos en el
comedor, en el primer piso, él la estaba esperando y se veía bastante ofuscado.
No me recibió mucha comida y se le veía la cara de rabia.
Moreno: Luego de que inicia
la discusión y los insultos, ¿Qué ocurrió?
María: Pues ella sube la
escalera al segundo piso, y él va detrás de ella. Yo me quedo en el comedor,
para evitar quedar en la mitad, y el continúa con los insultos. Se oye como un
portazo, y el sigue gritando, le dijo “Vagabunda… Zorra…”, después no se escuchó
más nada. El silencio duró como dos minutos. En ese momento decidí subir a ver
donde estaba el señor Gustavo y lo encontré en el suelo tirado y grité. Luego
comencé a pedir ayuda, salió la señora Sonia de su habitación, y llegaron las
otras dos empleadas, una que se encontraba en su habitación descansando, y la
otra que estaba lavando los platos. El señor estaba tirado inconsciente parecía
como si lo hubiesen golpeado en la frente, tratamos de pararlo entre las tres,
pero la señora Sonia, nos dijo que lo dejáramos quieto, que había que llamar a
una ambulancia, y que había que esperar a los paramédicos. Los médicos se
demoraron media hora para llegar, lo cargaron y se lo llevaron en la
ambulancia, la señora Sonia se fue con él en la ambulancia y nosotras nos
quedamos en la casa.
Moreno: ¿Pudiste ver algo de
lo que pasó en el segundo piso, luego de que el señor Gustavo subiera las
escaleras?
María: No señor, yo me quedé
sentada en el comedor, como le dije, no quería quedar en la mitad de ellos dos.
Moreno: En otra ocasión usted
¿Quedó en la mitad?
María: Sí, en una ocasión
ellos estaban discutiendo, y yo traté de agarrar al señor Gustavo, y el me
empujó. Esa vez me asusté muchísimo, y la verdad no quise volver a pasar por
eso, así que cuando ellos discutían, yo me quedaba paralizada donde estuviera.
Moreno: Ok, no tengo más
preguntas. Mira aquí escribí lo que me dijiste, léelo, si estás de acuerdo, por
favor, fírmala, es solo lo que hablamos en estos momentos, y es una constancia
de lo que me dijiste.
María: Eso tiene alguna
implicación.
Moreno: Se llama una
entrevista, y sirve para que te acuerdes de lo que pasó, y lo que me dijiste
hoy. A veces pasa mucho tiempo, y las cosas se olvidan, por eso es bueno
escribirlas.
ENTREVISTA CON LA SEÑORA
HERMINIA UNA DE LAS EMPLEADAS DE LA CASA.
Moreno: Señora Herminia,
buenos días. Soy el abogado de la señora Sonia Vargas, y quería hacerle unas
preguntas sobre el día en que murió el señor Gustavo.
Herminia: Sí, dígame ¿Qué
quiere saber?
Moreno: Voy a escribir lo que
usted me diga para que quede registrado, ¿me autoriza usted?
Herminia: Sí, está bien.
Pero, ¿no me van a meter en ningún problema?
Moreno: No, solo tiene que
decir lo que vio ese día.
Herminia: Bueno.
Moreno: Vamos al grano ¿Qué
estaba usted haciendo esa noche?
Herminia: Bueno, yo le hice
la comida al señor Gustavo, a la enfermera, a la otra empleada, y a la señora
Sonia.
Moreno: ¿Qué comida le hizo
ese día?
Herminia: Bueno, les preparé un
pollo a la plancha con verduras al señor Gustavo, pues esa era su dieta, y a
los demás les hice un picadillo de carne gulash con pure y verduras salteadas.
Moreno: ¿Qué pasó luego?
Herminia: Bueno, yo le serví
la comida al señor Gustavo, y lo molesté, le dije que le había preparado algo
delicioso, para que se le quitara esa mala cara, y él se rio, pero no me dijo
nada, y comenzó a comer. Le serví también a su enfermera, y dejé la comida de
la señora Sonia tapada, porque todavía no había llegado.
Moreno: ¿Qué horas eran en
ese momento?
Herminia: Umm, como las 7 de
la noche, ya era hora de darle la comida al señor Gustavo, y se estaba haciendo
tarde. Lo que pasa es que no se la había servido antes, porque no había llegado
la señora Sonia.
Moreno: Bueno ¿qué pasó
después?
Herminia: Me fui a la cocina
a comer con Lucy, la otra empleada. Luego ella se fue a descansar y yo fui a
recoger los platos del señor Gustavo y de la enfermera. Ahí lo volví a molestar
y le pregunté que, si le había gustado, el refunfuñando me dijo, “esa comida
sin sal no sabe a nada, es lo mismo todos los días, me van a matar de hambre”,
y yo le respondí, que no había nada que hacer, porque esa es la comida que
ordenó el médico, y que era para que se mejorara. Luego me fui a la cocina a
lavar los platos, y luego me fui a descansar. A eso de las nueve pasadas,
escuchamos el portón, y supimos que la señora Sonia había llegado. Escuchamos
la puerta, y comenzaron los gritos. Lucy y yo nos miramos, y dijimos, ya van a
comenzar, y nos pusimos a ver televisión. Cuando de pronto escuchamos un grito,
y luego gritos de auxilio. Nosotras enseguida salimos corriendo, subimos las
escaleras y encontramos al señor Gustavo con la enfermera y la señora Sonia,
tratamos de parar al señor Gustavo entre la enfermera, Lucy y yo, pero la
señora Sonia, nos dijo que lo dejáramos quieto, y que esperáramos a los
médicos. Los médicos llegaron como a los 20 minutos y se lo llevaron. Yo me
quedé muy asustada y desesperada con Lucy, por que no sabíamos qué hacer.
Moreno: Cuando dice usted,
que “Ya van a comenzar”, quiere decir que ellos discutían, ¿Presenció usted
alguna de esas discusiones?
Herminia: Sí, estaban
discutiendo mucho últimamente, sobre todo cuando ella llegaba tarde a la casa.
Eso lo ponía a él muy mal. La señora Sonia llegaba de lunes a miércoles por lo
general, a las 6:30 o 7 de la tarde, pero los jueves y viernes llegaba un poco
más de las 8, y en una época llegaba después de las 9, y en una ocasión no
sabemos si llegó a dormir. Eso ponía muy mal al señor Gustavo, que le reclamaba
y la insultaba. Eran unas peleas fuertes. Ellos ya dormían en cuartos
separados, y bueno, a veces el viejito se le metía en el cuarto, pero sí era
una situación difícil, y para nosotras no era fácil, pues los hermanos y los
hijos del señor, nos preguntaban qué ocurría, y si no decíamos nos regañaban, y
si decíamos, la señora Sonia nos regañaba, entonces era muy difícil.
Moreno: Bueno, no tengo más
preguntas señora Herminia, aquí tiene la declaración, léala y me la firma, si
está de acuerdo, por favor.
ENTREVISTA CON LUCY
Moreno: Señora Herminia,
buenos días. Soy el abogado de la señora Sonia Vargas, y quería hacerle unas
preguntas sobre el día en que murió el señor Gustavo.
Lucy: Sí, dígame ¿Qué quiere
saber?
Moreno: Voy a escribir lo que
usted me diga para que quede registrado, ¿me autoriza usted?
Lucy: Sí, dígame ¿qué
necesita?
Moreno: Cuénteme que hizo el
día en que murió el señor Gustavo desde la tarde.
Lucy: Bueno, yo soy la que me
encargo de la limpieza de la casa, así que estuve limpiando la biblioteca y los
baños, ese día. Luego de terminar, me fui a la cocina a comer con Herminia, y
luego me fui a descansar.
Moreno: ¿Ese día tuvo usted
algún contacto con el señor Gustavo?
Lucy: Bueno sí, Herminia y yo
lo molestábamos mucho. El se sentó a ver televisión en la mañana en la sala, y
yo comencé a molestarlo sobre si no tenía algo mejor que ver, que ese programa
era aburridísimo, y el se reía. Luego en la tarde nos vimos en el patio un
rato, yo le pregunté que si quería algo, y el me contestó que quería tomar
algo, le dije a Herminia, y ella le llevó un juguito sin azúcar y el se quejó,
“que le echáramos azúcar a su jugo, que eso no sabía a nada”
Moreno: por la noche, ¿qué
hizo después de comer?
Lucy: Pues me fui al cuarto a
ver televisión. Luego llegó Herminia, y nos pusimos las dos a ver la
televisión, cuando escuchamos el portón y le dije: Ya llegó la doña y se va
armar, llegó tarde otra vez. Y en efecto, cuando se sintió la puerta, comenzó el
señor Gustavo a gritar que “¿Dónde había estado?” y bueno, ya nosotras sabíamos
ese repertorio, así que le alce el volumen al televisor para no escuchar los
gritos. Luego escuchamos un grito horrible, yo le bajé el volumen al televisor,
y escuchamos los gritos de auxilio, auxilio, auxilio. Enseguida salimos del
cuarto, fuimos a las escaleras y al subir encontramos al señor Gustavo tirado
en el suelo con la enfermera y la señora Sonia al lado. Tratamos de ayudarlo a
levantar, pero la señora Sonia nos dijo que lo dejáramos quieto y que
esperáramos a los médicos, porque ya habían llamado a una ambulancia.
Moreno: ¿Discutían mucho la
señora Sonia y el señor Gustavo?
Lucy: Bueno, ellos discutían
cuando la señora Sonia llegaba tarde. Y bueno, hubo una época en que llegaba
tarde casi todos los días, luego se calmaba y otra vez. En una temporada,
llegaba temprano, pero se escapaba como a las 10, que yo me di cuenta porque yo
tengo el sueño liviano, y sentía ruidos, y una vez la vi salir a las 10, y otro
día la vi llegar como a las 2 de la mañana. Ya el señor Gustavo y la señora
Sonia, no dormían juntos desde que comenzaron a pelear por las llegadas tardes,
y luego, como le dije, llegaba temprano para tranquilizar al señor Gustavo,
esperaba que el se durmiera y se salía por la noche, pero eso fue como unas 4 o
5 veces nada más.
Moreno: ¿Nada más? Bueno, ¿y
los hijos y los hermanos del señor Gustavo sabían de eso?
Lucy: Bueno, no es que yo sea
chismosa, pero si a uno le preguntan y lo cogen y lo arrinconan, pues uno
termina diciendo las cosas.
Moreno: Dale, no tengo más
nada que preguntar, lea su declaración y si esta conforme la firma por favor.
REPORTE DE MEDICINA LEGAL
El reporte de medicina legal,
fue conseguido extraoficialmente, pues la Fiscalía se lo dio a conocer a uno de
los hijos del señor Gustavo Fernández, y este lo pasó a varios miembros de la
familia, entre ellos, un sobrino del señor Gustavo Fernández, quién guarda
cierta simpatía con la señora Sonia Vargas, y se lo terminó enviando.
Causa de muerte: Infarto
Otros hallazgos:
Traumatismo en frente lado
derecho.
Laceraciones en brazos.
Laceración en rodilla
izquierda.
Ruptura de dos costillas y
esternón.
ENTREVISTA CON EL PERITO
FORENSE CARLOS JULIO.
Moreno: Según la versión de
la familia, hubo un forcejeo y ella lo golpeo con la puerta en la cabeza y así,
lo mató. Desde esa perspectiva pueden buscar un homicidio preterintencional o
un culposo, es decir, quería lesionarlo y lo terminó matando, o alegar que
cerrar la puerta con el riesgo de pegarle, fue un acto gravemente imprudente.
Alegar legítima defensa no es opción, por la diferencia en edad, además, si
bien hay antecedentes de discusiones, no hay ningún antecedente de agresión
física, no veo un homicidio doloso, aunque no falta que lo aleguen, diciendo
que hay una intención de quedar viuda y de quedarse con toda la herencia. ¿Tu
qué piensas?
Carlos Julio: Ay Dios mío,
estas pensando como abogado, y no entiendes la evidencia. Muéstrame la versión
de la viuda. Este informe no se puede interpretar si no tengo una versión de lo
que ocurrió.
Moreno: Aquí lo tienes.
Carlos Julio: mmmm, mmmm, mmm
Moreno: mmmm? ¿Qué significa
eso?
Carlos Julio: Mira Mario, La
causa de muerte es un infarto, y no es el golpe en la cabeza, lo cual, permite
explicar varias cosas, desde la versión de la viuda. Según su versión, ella
cerró la puerta, pero no dice que lo golpeó con ella. El golpe se puede
explicar de la caída, luego de sufrir un infarto. Sufres un infarto y estás de
pie, ¿qué te va a ocurrir? Caes al suelo, sin ninguna protección, a esa edad el
golpe es mucho más significativo, el peso, también influye, y el señor pesaba
80 kilos, lo que hace que la caída y el golpe sea más fuerte. La caída también
explica las laceraciones en las rodillas, pues al caer fue la primera parte que
golpea con el piso. Las laceraciones en los brazos, a la edad del señor son
producto de la manipulación, es decir, de qué partes te sostienen para
cargarte, pues de los brazos y las piernas, en el momento en que trataron de
levantarlo, seguro lo tomaron de los brazos, así que es normal encontrar este
tipo de lesiones en un hombre de esta edad, y la ruptura de las costillas y el
esternón, son lesiones propias de una reanimación, donde oprimen el pecho.
Ahora, si quieres otra versión de los hechos, puedes decir que al señor lo
cogió un beisbolista de 90 kilos, a batazos pegándole primero en el pecho y
luego en la cabeza o viceversa, pero ello no es del caso, pues una mujer normal
no tendría la fuerza para romper un esternón con un bate, a menos que estuviera
entrenada para ello.
Moreno: Eres magnífico… y
cuando escribes todo eso.
Carlos Julio: Yo se. Déjame
tres días y te lo entrego.
Moreno: ¿Puedo confiar en que
no hay ninguna sorpresa?
Carlos Julio: No, en el
reporte de medicina legal aparece que la fractura del esternón y las costillas
es una lesión muy común en procesos de reanimación, solo que no lo leíste, y
que ello se encuentra soportado en la historia clínica.
ENTREVISTA CON EL FISCAL DEL
CASO
Fiscal: Señor Moreno, buenos
días ¿En qué lo puedo ayudar?
Moreno: Buenos días Doctor,
sí muchas gracias, yo soy el abogado de la señora Sonia Vargas, del caso de
Gustavo Fernández, de la Universidad Metro.
Fiscal: Ha muy bien Doctor,
¿quiere un café?
Moreno: Sí por favor.
Fiscal: Linda, por favor un
café para el Dr. Moreno. Y bueno, en qué lo puedo ayudar.
Moreno: Mire aquí tiene el
poder con el cual represento a la señora Vargas.
Fiscal: Ok. La familia del
señor Gustavo Fernández, es decir, hijos y varios hermanos han mostrado mucho
interés en este caso, la verdad es que han estado muy pendientes pues están
convencidos que su cliente tuvo algo que ver con la muerte del señor Gustavo
Fernández.
Moreno: Si me imagino.
Fiscal: Mire si me va hablar
de problemas familiares por la herencia o disputas familiares con la señora
Sonia, pues no tiene sentido. ¿Qué tal si nos ahorramos el tiempo? ¿Quiere
hacer un preacuerdo? ¿Un homicidio culposo?
Moreno: Pues, no vine
exactamente a hacer un preacuerdo. Tengo evidencia de que mi cliente es
inocente, me gustaría que la escuchara en un interrogatorio, para que viera su
versión. Pero hay una pieza que me está faltando en el rompecabezas y es el
dictamen de medicina legal. Sé que no tiene obligación alguna de mostrármelo,
pero como una muestra de lealtad procesal, le pido que me de una copia, y yo le
muestro las evidencias que tengo, y así, no nos desgastamos en un juicio largo
y extenso. ¿Qué le parece?
Fiscal: Sabe que puedo
negarme a descubrir evidencia antes de la acusación. Pero, estoy muy ocupado, y
no me gusta tener a los familiares del señor Gustavo Fernández todos los días
de la semana presionándome, si como dice usted, hay evidencia de la inocencia
de su cliente, voy a estudiarla, y no significa que ustedes tengan la razón.
Aquí tiene una copia del dictamen de medicina legal, que siento por alguna
razón que ya lo conoce, sino que quiere tener acceso legal a él. Por otra
parte, hagamos el interrogatorio a su cliente, la próxima semana, ¿el martes le
parece bien? ¿En la mañana o en la tarde?
Moreno: El martes esta bien,
y en la mañana.
Fiscal: Perfecto, y cuando
pueda por favor envíeme la supuesta evidencia que tenga a ver si salimos de
este caso lo más pronto posible.
Moreno: Sí señor, se la
traeré el mismo martes.
EN LO REFERENTE CON EL
CUMPLEAÑOS DEL DÍA DE LA MUERTE.
Frente al cumpleaños donde
estuvo la señora Sonia Vargas del día de la muerte del señor Gustavo Fernández,
se tienen fotos y videos de ese día, donde se encuentra la señora Sonia Vargas
festejando con sus compañeros de trabajo. También se recaudó una copia de la
cédula de la cumpleañera donde aparece dicha fecha como el de su cumpleaños.
La asistente se llamaba
Karina Perdomo, cumplía 29 años, y dijo que sus compañeras le organizaron una
pequeña fiesta en su oficina, donde hablaron un buen rato, hubo comida, pastel
y bebidas. Que la reunión comenzó, pasadas las 7 de la noche, y se extendió
hasta las 8 y 45 hasta que le cantaron el feliz cumpleaños, y todos se fueron
para sus casas.
LLAMADA TELEFONICA DE MORENO
A SONIA
Moreno: Sonia, buenas tardes.
Conseguí la diligencia de interrogatorio para el martes de la otra semana. Ya
tengo el dictamen del perito, y faltan algunas cosas para la diligencia.
Tenemos que reunirnos para prepararte para la diligencia.
Sonia: Uy que nervios, pero
bueno, con tal de salir de todo esto lo más pronto posible ¿cuándo nos vemos?
Moreno: Mañana, si puedes.
Nos reunimos toda la tarde. Necesito que lleves todas las escrituras de los
inmuebles que vendiste, por favor.
Sonia: Ok, ya las tengo.
LA DILIGENCIA DE
INTERROGATORIO.
FISCAL: Bueno señora Sonia,
su abogado ha insistido en realizar esta diligencia de interrogatorio, pues no
se encuentra obligada, y tiene derecho a guardar silencio, y a no declarar en
contra de usted, o de otro pariente en cuarto grado de consanguinidad, segundo
de afinidad y primero civil. ¿Es usted consciente de ello?
Sonia: Sí señor.
FISCAL: ¿Ha sido usted
debidamente asesorada por su abogado para rendir la siguiente diligencia?
Sonia: Sí señor.
FISCAL: ¿Puede decirnos
cuantos años tiene?
Sonia: Sí señor, tengo 40
años.
FISCAL: ¿Cuántos años estuvo
casada con el señor Gustavo Fernández?
Sonia: 6 años.
FISCAL: ¿Cuántos años le
llevaba el señor Gustavo Fernández?
Sonia: 40 años.
FISCAL: ¿Tenía o tiene usted
un poder del señor Gustavo Fernández para representarlo en las reuniones de la
Universidad Metro y para vender sus bienes?
Sonia: Sí señor, fue un poder
que el me concedió cuando su salud comenzó a desmejorarse y le costaba trabajo
asistir a las reuniones y hacer trámites notariales. El médico le recomendó no
estresarse y que guardara reposo por sus problemas cardiacos, sobre todo, luego
de que le diera el primer infarto.
FISCAL: ¿Ha seguido
utilizando dicho poder para vender bienes?
Moreno: Señor Fiscal, esa
pregunta no tiene relación con la investigación que tiene como fin esclarecer
un homicidio.
FISCAL: Pues abogado, esta
investigación se ha desarrollado dentro de un contexto de una herencia, a ello
va dirigida mi pregunta, y por eso, insisto en que la señora la responda.
Sonia: Señor FISCAL, yo
también soy abogada, y se que un poder de un difunto ya no tiene validez, así
que le respondo, que a partir de la muerte de mi esposo, no ha utilizado dicho
poder para vender bienes. Aquí tiene los soportes de las últimas ventas realizadas.
Puede ver que las escrituras fueron elevadas en fechas en que mi esposo aún
vivía, y que por trámites de registro, fueron registradas días después de su
muerte, pero el negocio jurídico fue realizado y protocolizado en fechas en que
mi esposo se encontraba con vida.
El fiscal revisó todos los
documentos que se presentaron y constató las fechas, y confirmó que las fechas
de las escrituras públicas fueran anteriores a la fecha del deceso del señor
Fernández. El Fiscal extraoficialmente dijo que ese era uno de los temas que
quería aclarar, pues los hijos del difunto habían sido muy insistentes en el
tema.
FISCAL: ¿Puede decirnos el
valor de los bienes que vendió y que hizo con ese dinero?
Sonia: Los bienes vendidos
suman unos 1.500 millones, dinero que utilizamos para viajar a Europa, pero la
mayor parte fue reinvertido en varios bienes para arrendarlos, prácticamente se
reconstruyeron, se remodelaron y se tienen hoy en día arrendados. Aquí está una
relación de los gastos de las reparaciones, que suman unos 1.200 millones. Hoy
en día, esos bienes que antes no producían ni un peso, hoy están produciendo 80
millones de pesos mensuales.
FISCAL: Señora Sonia, ¿Ha
utilizado usted dicho poder, para tomar decisiones en el Consejo de la
Universidad Metro?
Sonia: Pues en el Consejo de
la Metro me presenté en dos oportunidades como lo solía hacer, para tomar
decisiones, pero en la última reunión, los hijos y los hermanos de mi esposo me
sacaron, así que ni utilicé dicho poder en esas reuniones, porque no lo lleve,
y tampoco lo he utilizado luego de que me sacaran.
FISCAL: ¿Conoce usted a
Oliver Pinto? Y si lo conoce, diga ¿qué relación tuvo o tiene con él?
Sonia: Sí lo conozco. Fue
empleado de la Universidad Metro, y tuvimos un romance.
FISCAL: ¿Conoce usted a
Javier Vega? Y si lo conoce, diga ¿qué relación tuvo o tiene con él?
Sonia: Sí lo conozco. Y tuve
un romance con él.
FISCAL: ¿Su esposo supo de
esos romances?
Sonia: Creo que supo de uno,
y del otro no estoy segura.
FISCAL: ¿Qué pasó cuando el
se enteró?
Sonia: Pues tuvimos una pelea
muy fuerte, el me reclamó, y me insultó. Luego nos reconciliamos, pero
comenzamos a dormir en cuartos separados a partir de ello.
FISCAL: ¿En alguna ocasión
existió maltrato físico?
Sonia: No, nunca, el nunca me
maltrató físicamente.
FISCAL: ¿y usted lo maltrató?
Sonia: No, nunca.
FISCAL: ¿Qué ocurrió en la noche en que murió
el señor Gustavo Fernández?
Sonia: Esa noche yo estaba en
la oficina celebrándole un cumpleaños a una de mis asistentes, se me fue la
noción del tiempo, y llegué tarde a mi casa, como pasadas las 9 de la noche.
Llegué a mi casa, lo saludé y el comenzó a hacerme reclamos de que ¿por qué
llegaba a esa hora? Y que ¿Con quién estaba? Y comenzó a insultarme diciéndome
zorra y vagabunda. Yo le dije que estaba en una reunión en la oficina y el no
me creyó, le dije que estaba en un cumpleaños, y el no me creyó, así que me fui
a mi cuarto y me encerré. El seguía gritándome y en la puerta comenzó a
golpearla hasta que se quedó en silencio. De pronto oigo un grito, abro la
puerta y encuentro a mi esposo tirado en el suelo y la enfermera al lado,
comenzamos a gritar auxilio, y así llegaron las dos empleadas Lucy y Herminia,
quienes intentaron pararlo, pero yo les dije que lo dejaran quieto y que
esperáramos a los paramédicos. Llamé a la ambulancia, y llegaron como en 30
minutos, me subí con él a la ambulancia, llegamos al hospital, lo ingresaron a UCI,
y tiempo después me informaron que había muerto, yo rompí a llorar, luego
llegaron los hijos y como dos hermanos.
Eso es todo.
FISCAL: ¿Golpeó usted a su
esposo con la puerta de su alcoba?
Sonia: No señor, yo cerré la
puerta y el todavía estaba subiendo las escaleras.
FISCAL: ¿Golpe usted a su
esposo con algún otro instrumento?
Sonia: No señor.
FISCAL: Su esposo tenía un
fuerte golpe en la frente el día en que murió. ¿Tiene usted alguna idea qué le
ocasionó dicho golpe?
Sonia: Señor, mi esposo era
un anciano de 80 años, que según medicina legal sufrió un infarto, al
derrumbarse sin protección alguna, tuvo que haberse golpeado durísimo con el
suelo.
FISCAL: ¿escuchó dicho golpe?
Sonia: Ahora que me acuerdo,
sí lo escuché, justo antes de que se escuchara un silencio.
FISCAL: ¿Tiene algo más que
decir o agregar?
Moreno: Señor Fiscal, aquí
tiene la evidencia que le comenté. Es un peritaje medico forense con base en la
historia clínica y el dictamen de medicina legal, donde corrobora que el golpe
es congruente con la caída del difunto luego de sufrir un infarto. Igualmente
le anexamos las declaraciones de las dos empleadas y la enfermera que se
encontraban el día de los hechos, y todas las copias de las escrituras públicas
de venta e bienes.
FISCAL: Esta bien, se cierra
la diligencia. Voy a estudiar los documentos que me han aportado, y les estoy
avisando el trámite que seguiremos en este proceso. Muchas gracias por venir.
Sonia: Abogado ¿Cómo nos fue?
Moreno: Yo creo que muy bien,
hay que esperar a ver si solicita una preclusión o si insiste en acusar. Pero
yo pienso que todo salió muy bien.
El fiscal a la semana
resolvió solicitar una preclusión ante el juez de conocimiento, alegando
atipicidad de la conducta, toda vez que se había encontrado de que la muerte
del señor Gustavo Fernández se había dado por causa natural, es decir por un
infarto de conformidad con el dictamen de medicina legal y el dictamen del
médico forense aportado por la defensa.
El juez de conocimiento
aceptó la solicitud de preclusión.
Los hijos del señor Gustavo
Fernández apelaron la decisión argumentando de que la señora Sonia Vargas con
su conducta -el haber llegado tarde a casa- había generado una discusión que
había puesto al señor Fernández en una situación alta de estrés, que ella era
consciente que le podía afectar su salud cardiovascular, y que lo había hecho
de manera negligente.
El abogado de la defensa como
parte no recurrente, planteó que no era posible imputarle a la señor Sonia
Vargas, haber puesto al señor Fernández en una situación de estrés, pues las
discusiones son propias de la vida en pareja, y que era una acción conforme a
derecho, además fue el señor Fernández
quién inició la discusión y comenzó a agredir a la señora Sonia Vargas, de
manera injusta, pues como se había comprobado, ella estuvo departiendo con sus
compañeras de trabajo por un cumpleaños de alguna de sus asistentes.
El Tribunal Superior resolvió
el recurso de apelación confirmando la decisión del juez de primera instancia,
aceptando la preclusión del proceso a favor de la señora Sonia Vargas.
PREGUNTA PARA EL LECTOR
¿Estás de acuerdo con la
decisión de los jueces?
¿Habría forma de condenar a
la viuda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario