martes, 22 de abril de 2025

ASESINOS E INOCENTES CAPITULO III: POR LA HERENCIA DEL RECTOR.

 


ASESINOS E INOCENTES: POR LA HERENCIA DEL RECTOR.

 

Mario Moreno, un abogado penalista estudiaba un caso de un cliente en su oficina, tenía que hacer una apelación que tenía que presentar ese mismo día por la tarde, cuando de repete su asistente le dijo que una nueva cliente estaba esperando en la sala para que la atendiera sin cita previa. Le dijo a su asistente que la iba a atender, pero que por favor lo esperaba 10 minutos que estaba preparando una apelación, y que necesitaba terminarla para poderla presentar.

Luego de diez minutos hicieron pasar a la clienta, se trataba de una mujer de unos cuarenta y tantos años, bien elegante, atractiva, pero que vestía de negro y se le notaba un gran dolor en el rostro. Todos los clientes que vienen por una acusación penal, tienen un tinte de miedo, rabia y dolor en su cara, no es fácil estar en el ojo del huracán de la sociedad que los señala, ni de la lupa de la justicia penal. Algunos dicen ser perseguidos y que sus enemigos los quieren tras las rejas, otros admiten que hicieron algo malo, pero que no era para tanto, y otros buscan a un abogado para que haga una especie de magia y los saque del problema en que se metieron, pero todos, absolutamente todos tienen una historia que contar, y la necesidad de ser escuchados. El abogado se convierte en un confesor, un confidente, en un guía emocional, en psicólogo, en coaching y a veces en un gran amigo.

Después de las presentaciones, los clientes y abogados buscan referencias, de quién los conocen, quiénes los recomendaron y por qué. Se trata de romper el hielo y de ir ganando confianza, y si no se conocen, se terminan hablando de personas conocidas en común. Esa etapa es muy importante, pues ambas personas se están analizando y están viendo si pueden o no confiar. Aquí el abogado hace la conexión con su cliente, y hace márquetin con su forma de hablar, con su forma de trata, habla de con quién ha trabajado, de cómo trabaja, y qué tanto conoce.

Muchas veces, el cliente llega preguntando ¿Usted no sabe quién soy yo? O ¿No ha escuchado de mi caso por la prensa?

En otras ocasiones se dice, tengo un caso complicado, pero no se como comenzar, y uno le contesta: “Pues del principio”

Escuchar y ser paciente, no juzgar y tratar de obtener la mayor cantidad de información relevante desde el punto de vista jurídico, el problema es que el cliente te esta narrando su vida, el problema en que se encuentra metido tiene muchas razones y muchos detalles, unos relevantes, otros no tanto, y otros totalmente irrelevantes. Hay que tomar notas, hay que hacer esquemas, preparar explicaciones y justificar por que ciertos temas son relevantes e irrelevantes.

Luego el cliente le pregunta a uno por el diagnóstico: “¿La ve muy difícil?

Y la respuesta de todo abogado es y debe ser: “Depende”

 

Sonia: Buenos días Dr. Moreno, mi nombre es Sonia Vargas, me lo recomendó el dr. Alfredo Gómez, me habló muy bien de usted, y me dijo que me podía ayudar con mi caso.

Moreno: Buenos días, sí, soy buen amigo del Dr. Gómez, nos conocemos desde hace años, y siempre me referencia para casos penales, es muy buena persona y un gran profesional.

Sonia: Si, es muy buena persona, yo confío mucho en él, por eso, he venido a buscar su ayuda.

Moreno: Sí, claro, en qué la puedo ayudar.

Sonia: Bueno, déjeme ver por donde comienzo…

Moreno: Pues, por el principio.

Sonia: ¿Sabe usted algo de mi caso?

Moreno: Pues, la verdad es que no me ubico mucho con su nombre, así que si me cuenta un poco, podría saber cómo la puedo ayudar.

Sonia: Ok, mi nombre es Sonia Vargas, soy la ex esposa del señor Gustavo Fernández, ex rector de la Universidad Metro.

Moreno: Mmmm, ya me suena, algo he escuchado… pero continúe por favor.

Sonia: Bueno, resulta que mi esposo murió hace 10 días, donde le dio un pre infarto en nuestra casa, yo me di cuenta, llamé a la ambulancia, lo llevaron a la clínica donde trataron de reanimarlo, pero desafortunadamente murió (Llora).

Moreno: Bueno, lo siento mucho.

Sonia: Gracias Doctor, el problema que tengo ahora es que sus dos hijos, han presentado una denuncia penal en mi contra, porque piensan que yo lo maté.

Moreno: ¿Y en qué se basan para hacer tal acusación?

Sonia: Gustavo y yo nos casamos hace 6 años, el es 40 años mayor que yo, era un hombre supremamente rico, tenía en bienes unos 60 mil millones de pesos, otra cantidad de dinero en efectivo, además era rector de la Universidad Metro, que además administraba el Hospital Universitario, con unos ingresos enormes también. Nos conocimos en la Universidad Metro, yo entré como abogada a trabajar en la Universidad, y me conoció en una reunión, desde ahí, me reasignó como su asistente, el me invitaba a comer, a salir, y bueno, poco a poco surgió primero un romance, y luego formalizamos el romance, y nos casamos, en contra de la voluntad de sus dos hijos, Mariana y Roberto, quienes siempre me trataron con desprecio y me decían que era una arribista. Después que nos casamos, Gustavo comenzó a encargarme de temas más gerenciales, y me nombró en el Hospital Universitario como gerente, donde hice una muy buena gestión, mejoré las ventas, mejoré las instalaciones y bueno, así me gané su confianza con mi trabajo. Sus hijos nunca estuvieron de acuerdo con mi nombramiento y siempre le reclamaron a su papá por haberme dado ese poder. Gustavo tenía ya 80 años y su salud comenzó a deteriorarse, pero yo seguía siendo su esposa, y cada vez más, me tocaba asumir más labores, pues me tocaba representarlo en varias reuniones donde el no podía, y me tocaba tomar varias decisiones importantes, que el por temas de salud no podía. Como su familia sus dos hijos y sus hermanos no me tomaban en consideración al principio, poco a poco, fui empapándome de los asuntos de la Universidad y del Hospital Universitario, donde yo con poder de Gustavo, comencé a tomar muchas decisiones, lo cuál sin duda generó la resistencia de sus hermanos en la Universidad, y de sus hijos en lo que tenía que ver con las propiedades personales de Gustavo y con el Hospital. En una ocasión, yo estaba liderando una reunión en la Universidad, y los hermanos de Gustavo, se fueron a la casa de este para llevarlo a la reunión, para que me desautorizaba, pero Gustavo me apoyó, y lo que dijeron los hermanos es que yo lo estaba manipulando. En otra ocasión habían unas fincas que estaban a nombre de Gustavo, y nosotros queríamos hacer un viaje y hacer unas inversiones, y esas fincas estaban prácticamente abandonadas y nos estaban ofreciendo un buen dinero, así que aproveché hablé con Gustavo y decidimos vender esas fincas. Entonces, los hijos cuando se enteraron comenzaron a decir que yo estaba despilfarrando los bienes de su padre, y me advirtieron de que no podía estar vendiendo bienes de Gustavo sin autorización de ellos. Yo, la verdad es que les hacía poco caso y siendo abogada, sabía cuáles eran mis derechos y qué podía hacer y qué no. Y la verdad es que había una cantidad de inmuebles que Gustavo tenía en completo abandono, sin producir, que yo comencé a arrendarlos y a venderlos, y los hice más productivos. Y claro, a los hijos de Gustavo, eso no les hacía mucha gracia. Hace un año Gustavo comenzó como problemas de salud, se agitaba mucho cuando subía las escaleras o caminaba mucho, por eso comenzamos a llevarlo al médico, para hacerle chequeos, comenzó a tomar medicamentos para la presión, y bueno, luego tuvimos un susto, pues sufrió un infarto, lo llevamos de urgencia a la clínica, donde lo trataron, lo estabilizaron, y volvimos a casa, y comenzó con un tratamiento. Nosotros ya no teníamos intimidad un poco antes de eso, pero seguíamos en nuestra relación como esposos para todos los efectos sociales.

Moreno: Bueno, veo que hay un fuerte problema familiar y una herencia pendiente de ser repartida.

Sonia: No solo eso, también hay un problema, y es que, bueno… tengo que contárselo necesariamente, yo tuve dos romance con dos personas diferentes. Como le dije, pues con mi esposo, en razón de su edad, y su salud, pues ya… no…

Morena: Tranquila… entiendo a lo que se refiere.

Sonia: Pues yo soy una mujer joven, y bueno… tuve un par de romances, y Gustavo se enteró de uno. Desde ese momento, comenzó con los celos, comenzamos a discutir, y me vigilaba con los escoltas bastante. En dos ocasiones me desautorizó en reuniones de la Universidad, y era por puros celos. Luego del primer infarto, yo dejé la relación, y a Gustavo se le bajaron los celos y volvió a confiar en mí, sin embargo, siempre me sentía bajo sospecha. Yo seguía teniendo el poder de él para representarlo en todas las reuniones de la Universidad, y seguía manteniendo mi cargo como gerente en el Hospital. Los hermanos y los hijos comenzaron a atacarme mucho más, pues comenzaron a visitarlo a la casa, veían que el estaba enfermo y me criticaban por no cuidarlo, y que estuviera más en el trabajo, que pendiente de mi esposo.  La verdad, no era fácil para mí lidiar con la edad y con la enfermedad, así que me concentré en el trabajo, así que puedo reconocer que sí, yo me encontraba más en el trabajo que en el hogar, pero eso sí, a Gustavo no le faltaba nada, había una enfermera, y había dos empleadas, el no estaba solo y todas estaban muy pendientes de lo que él necesitara, los médicos lo iban a visitarlo en la casa, ya el salía poco, compartíamos en el desayuno y en las noches durante la cena. Yo almorzaba en el trabajo. La noche en que murió, ya hace diez días tuvimos una discusión, el me hizo una escena de celos, preguntándome dónde estaba, y con quién estaba, yo le dije que salí tarde de una reunión, y en efecto, yo estuve en mi oficina donde estuvimos celebrándole el cumpleaños a una de mis asistentes, y bueno perdí la noción del tiempo y llegué a mi casa pasadas las 8:30 p.m. El se ofuscó mucho, estaba muy enojado, me gritó, me insultó y yo también lo insulté, porque no estaba haciendo nada malo. Luego me encerré en el cuarto y el se quedó afuera golpeando y gritando, y yo no le presté más atención. Luego no sentí más la voz, se sintió un silencio por mucho tiempo, luego escuché a la enfermera gritar. Salí del cuarto y encontramos a Gustavo en el suelo inconsciente, llamamos de inmediato a una ambulancia, vinieron los paramédicos, se lo llevaron, yo fui con él en la ambulancia, yo le pedía perdón, porque me sentía culpable de no haberle abierto la puerta, y cuando llegamos al hospital que ingresó a UCI donde lo siguieron reanimando me despedía pidiéndole perdón. El desde la casa estaba ya inconsciente, y luego salió un médico que me informó que Gustavo había fallecido y yo rompí a llorar. En ese momento llegaron los hijos de Gustavo, todos comenzaron a llorar.

Luego supe que a Gustavo se lo habían llevado a medicina legal, porque se iba a investigar las causas de muerte.

Luego supe que los hijos me habían denunciado por haberlo matado, pues Gustavo llegó a la clínica con una fuerte contusión en la frente, tenía moretones en los dos brazos, y según tengo entendido, que tenía dos costillas rotas. Los hijos dicen que yo lo golpeé en la cabeza y lo tiré al piso, y que por eso se murió.

Aquí está la historia clínica, donde se coloca que Gustavo ingresó por un fuerte golpe en la cabeza, que tenía laceraciones en sus brazos y que tenía dos costillas rotas. Fuera de eso, en la denuncia que me pusieron, sacaron a relucir lo que dijo la enfermera de que habíamos peleado previamente, que hubo gritos e insultos antes de que muriera.

Yo antes de que muriera Gustavo ya tenía varios bienes en proceso de venderlos con su poder, y esas ventas se registraron en días previos a su muerte, y otra después de su muerte, lo que para los hijos es sumamente sospechoso. Además, luego de la muerte de Gustavo, yo he seguido administrando los asuntos del Hospital Universitario y la Universidad, pues ello no se puede detener, y lo he hecho con base en el poder que me otorgó en su momento Gustavo, y ello, ha generado que sus hermanos y sus hijos, siguieran hostigándome y tratando de oponerse a todo lo que yo hago. Además, los hijos conocieron sobre el tema del romance, y también lo están utilizando para atacarme.

Bueno, eso es en resumen mi caso… ¿cómo lo ve?

 

Para un abogado penalista es todo un compromiso defender a un inocente, que cuenta su versión de los hechos, y las evidencias son comprometedoras. En esos momentos, el abogado comienza a trabajar en todas las posibilidades de defensa, y de buscar las evidencias para comprobar la versión de su cliente. En temas penales, el problema de los clientes es que en muchas ocasiones crean una mentira que ellos mismos se la creen, y que para ellos es su verdad. Con esa mentira han engañado a mucha gente, y también intentan engañar a su abogado, y lo peor, es que a veces lo logran. El abogado penalista por regla general, le cree a sus clientes con beneficio de inventario, pues es muy consciente de que esta trabajando con delincuentes, y que ellos, están acostumbrados a mentir,  sin embargo, siempre le advierte a su cliente, de que si no le dice totalmente la verdad, es muy complicado defenderlo, pues pueden surgir sorpresas a las que no se tengan formas de neutralizar.

 

 

Moreno: Bueno, veo un caso complejo por el contexto familiar y los intereses económicos que se encuentran en juego. Si me pregunta, mi respuesta sincera es que temas como el manejo de los bienes, la infidelidad, y la lucha por el poder no favorece. Hay que esperar el dictamen de medicina legal para conocer la causa de muerte, porque la historia clínica tampoco es muy favorable. Veo que hay gente en su contra e interesada en hacerle daño, y una versión de la historia que aún no ha sido contada y que habría que soportar con pruebas.

Sonia: ¿Puede ayudarme?

Moreno: Sí claro, haré todo lo que esté a mi alcance, le pasaré mi propuesta de honorarios, un contrato de prestación de servicios y un poder para poderla representar desde el momento en que me lo firme, seré formalmente su abogado, pero si quiere que comencemos desde ya, necesitaría varios temas.

Sonia: Sí claro Dr., sí quiero que comience a trabajar lo más pronto posible ¿qué necesita?

Moreno: Por ahora necesito entrevistar a las dos empleadas y a la enfermera que trabajaban en su casa. Voy a necesitar también que rindamos esa declaración que me acaba de hacer ante la Fiscalía, y necesitamos urgente, tener acceso a la necropsia del señor Gustavo. Voy a tratar de contactar al médico que escribió la historia clínica, pero es muy probable que no me quiera atender y alegue secreto profesional. Necesito hablar con varias personas que estuvieron en el cumpleaños de esa noche, entre ellas la que cumplía años. Y bueno, que me de sus datos de contacto y yo les doy los míos para cualquier tema adicional que vaya surgiendo. En estos momentos el tema clave es el informe de medicina legal, pero en todo caso le advierto, que vamos a necesitar un perito, que es un amigo médico forense.

 

ENTREVISTA CON LA ENFERMERA MARÍA RAMIREZ.

 

Moreno: Buenos días, señora María.

María: Buenas tardes Dr.

Moreno: Yo soy abogado de la señora Sonia Vargas, solo quería hacerle unas preguntas sobre lo ocurrió el día en que falleció el señor Gustavo. Moreno: Voy a escribir lo que usted me diga para que quede registrado, ¿me autoriza usted?

María: Bueno, dígame a ver.

Moreno: Bueno, voy a ir al punto importante: ¿A qué horas llegó la señora Sonia a su casa ese día?

María: Eran como las 9 y 15 de la noche, se lo digo porque a las nueve le tocaba una medicina al señor Gustavo, y yo ya se la había dado.

Moreno: Muy bien, cuando llegó la señora Sonia ¿Qué ocurrió?

María: Uy, el señor Gustavo se molestó muchísimo, lo primero que le dijo fue que ¿dónde estaba a esas horas de la noche? Y ella le contestó que “estaba en una reunión en la oficina”, y el le dijo “mentiras, en la oficina no había ninguna reunión a esa hora”, y ella le dijo, “que sí, que estaba en un cumpleaños”, y el comenzó a decirle “Mentirosa”, “Zorra”, que “¿con quién se estaba acostando?”

Moreno: Disculpe, ¿usted había presenciado este tipo de discusiones antes?

María: Si, desafortunadamente sí. Durante el último año, sí se habían presentado varias discusiones, cuando ella llegaba muy adentrada la noche.

Moreno: ¿Hubo agresiones físicas?

María: Bueno, no físicas, se gritaban mucho, había insultos, ella se encerraba en su cuarto, y el seguía gritando y en ocasiones tiraba y rompía adornos de porcelana.

Moreno: Bueno, volvamos a esa noche en que el señor Gustavo murió. Cuando el señor Gustavo comenzó a insultar a la señora Sonia, ¿dónde se encontraban ustedes?

María: estábamos en el comedor, en el primer piso, él la estaba esperando y se veía bastante ofuscado. No me recibió mucha comida y se le veía la cara de rabia.

Moreno: Luego de que inicia la discusión y los insultos, ¿Qué ocurrió?

María: Pues ella sube la escalera al segundo piso, y él va detrás de ella. Yo me quedo en el comedor, para evitar quedar en la mitad, y el continúa con los insultos. Se oye como un portazo, y el sigue gritando, le dijo “Vagabunda… Zorra…”, después no se escuchó más nada. El silencio duró como dos minutos. En ese momento decidí subir a ver donde estaba el señor Gustavo y lo encontré en el suelo tirado y grité. Luego comencé a pedir ayuda, salió la señora Sonia de su habitación, y llegaron las otras dos empleadas, una que se encontraba en su habitación descansando, y la otra que estaba lavando los platos. El señor estaba tirado inconsciente parecía como si lo hubiesen golpeado en la frente, tratamos de pararlo entre las tres, pero la señora Sonia, nos dijo que lo dejáramos quieto, que había que llamar a una ambulancia, y que había que esperar a los paramédicos. Los médicos se demoraron media hora para llegar, lo cargaron y se lo llevaron en la ambulancia, la señora Sonia se fue con él en la ambulancia y nosotras nos quedamos en la casa.

Moreno: ¿Pudiste ver algo de lo que pasó en el segundo piso, luego de que el señor Gustavo subiera las escaleras?

María: No señor, yo me quedé sentada en el comedor, como le dije, no quería quedar en la mitad de ellos dos.

Moreno: En otra ocasión usted ¿Quedó en la mitad?

María: Sí, en una ocasión ellos estaban discutiendo, y yo traté de agarrar al señor Gustavo, y el me empujó. Esa vez me asusté muchísimo, y la verdad no quise volver a pasar por eso, así que cuando ellos discutían, yo me quedaba paralizada donde estuviera.

Moreno: Ok, no tengo más preguntas. Mira aquí escribí lo que me dijiste, léelo, si estás de acuerdo, por favor, fírmala, es solo lo que hablamos en estos momentos, y es una constancia de lo que me dijiste.

María: Eso tiene alguna implicación.

Moreno: Se llama una entrevista, y sirve para que te acuerdes de lo que pasó, y lo que me dijiste hoy. A veces pasa mucho tiempo, y las cosas se olvidan, por eso es bueno escribirlas.

 

ENTREVISTA CON LA SEÑORA HERMINIA UNA DE LAS EMPLEADAS DE LA CASA.

 

Moreno: Señora Herminia, buenos días. Soy el abogado de la señora Sonia Vargas, y quería hacerle unas preguntas sobre el día en que murió el señor Gustavo.

Herminia: Sí, dígame ¿Qué quiere saber?

Moreno: Voy a escribir lo que usted me diga para que quede registrado, ¿me autoriza usted?

Herminia: Sí, está bien. Pero, ¿no me van a meter en ningún problema?

Moreno: No, solo tiene que decir lo que vio ese día.

Herminia: Bueno.

Moreno: Vamos al grano ¿Qué estaba usted haciendo esa noche?

Herminia: Bueno, yo le hice la comida al señor Gustavo, a la enfermera, a la otra empleada, y a la señora Sonia.

Moreno: ¿Qué comida le hizo ese día?

Herminia: Bueno, les preparé un pollo a la plancha con verduras al señor Gustavo, pues esa era su dieta, y a los demás les hice un picadillo de carne gulash con pure y verduras salteadas.

Moreno: ¿Qué pasó luego?

Herminia: Bueno, yo le serví la comida al señor Gustavo, y lo molesté, le dije que le había preparado algo delicioso, para que se le quitara esa mala cara, y él se rio, pero no me dijo nada, y comenzó a comer. Le serví también a su enfermera, y dejé la comida de la señora Sonia tapada, porque todavía no había llegado.

Moreno: ¿Qué horas eran en ese momento?

Herminia: Umm, como las 7 de la noche, ya era hora de darle la comida al señor Gustavo, y se estaba haciendo tarde. Lo que pasa es que no se la había servido antes, porque no había llegado la señora Sonia.

Moreno: Bueno ¿qué pasó después?

Herminia: Me fui a la cocina a comer con Lucy, la otra empleada. Luego ella se fue a descansar y yo fui a recoger los platos del señor Gustavo y de la enfermera. Ahí lo volví a molestar y le pregunté que, si le había gustado, el refunfuñando me dijo, “esa comida sin sal no sabe a nada, es lo mismo todos los días, me van a matar de hambre”, y yo le respondí, que no había nada que hacer, porque esa es la comida que ordenó el médico, y que era para que se mejorara. Luego me fui a la cocina a lavar los platos, y luego me fui a descansar. A eso de las nueve pasadas, escuchamos el portón, y supimos que la señora Sonia había llegado. Escuchamos la puerta, y comenzaron los gritos. Lucy y yo nos miramos, y dijimos, ya van a comenzar, y nos pusimos a ver televisión. Cuando de pronto escuchamos un grito, y luego gritos de auxilio. Nosotras enseguida salimos corriendo, subimos las escaleras y encontramos al señor Gustavo con la enfermera y la señora Sonia, tratamos de parar al señor Gustavo entre la enfermera, Lucy y yo, pero la señora Sonia, nos dijo que lo dejáramos quieto, y que esperáramos a los médicos. Los médicos llegaron como a los 20 minutos y se lo llevaron. Yo me quedé muy asustada y desesperada con Lucy, por que no sabíamos qué hacer.

Moreno: Cuando dice usted, que “Ya van a comenzar”, quiere decir que ellos discutían, ¿Presenció usted alguna de esas discusiones?

Herminia: Sí, estaban discutiendo mucho últimamente, sobre todo cuando ella llegaba tarde a la casa. Eso lo ponía a él muy mal. La señora Sonia llegaba de lunes a miércoles por lo general, a las 6:30 o 7 de la tarde, pero los jueves y viernes llegaba un poco más de las 8, y en una época llegaba después de las 9, y en una ocasión no sabemos si llegó a dormir. Eso ponía muy mal al señor Gustavo, que le reclamaba y la insultaba. Eran unas peleas fuertes. Ellos ya dormían en cuartos separados, y bueno, a veces el viejito se le metía en el cuarto, pero sí era una situación difícil, y para nosotras no era fácil, pues los hermanos y los hijos del señor, nos preguntaban qué ocurría, y si no decíamos nos regañaban, y si decíamos, la señora Sonia nos regañaba, entonces era muy difícil.

Moreno: Bueno, no tengo más preguntas señora Herminia, aquí tiene la declaración, léala y me la firma, si está de acuerdo, por favor.

 

ENTREVISTA CON LUCY

 

Moreno: Señora Herminia, buenos días. Soy el abogado de la señora Sonia Vargas, y quería hacerle unas preguntas sobre el día en que murió el señor Gustavo.

Lucy: Sí, dígame ¿Qué quiere saber?

Moreno: Voy a escribir lo que usted me diga para que quede registrado, ¿me autoriza usted?

Lucy: Sí, dígame ¿qué necesita?

Moreno: Cuénteme que hizo el día en que murió el señor Gustavo desde la tarde.

Lucy: Bueno, yo soy la que me encargo de la limpieza de la casa, así que estuve limpiando la biblioteca y los baños, ese día. Luego de terminar, me fui a la cocina a comer con Herminia, y luego me fui a descansar.

Moreno: ¿Ese día tuvo usted algún contacto con el señor Gustavo?

Lucy: Bueno sí, Herminia y yo lo molestábamos mucho. El se sentó a ver televisión en la mañana en la sala, y yo comencé a molestarlo sobre si no tenía algo mejor que ver, que ese programa era aburridísimo, y el se reía. Luego en la tarde nos vimos en el patio un rato, yo le pregunté que si quería algo, y el me contestó que quería tomar algo, le dije a Herminia, y ella le llevó un juguito sin azúcar y el se quejó, “que le echáramos azúcar a su jugo, que eso no sabía a nada”

Moreno: por la noche, ¿qué hizo después de comer?

Lucy: Pues me fui al cuarto a ver televisión. Luego llegó Herminia, y nos pusimos las dos a ver la televisión, cuando escuchamos el portón y le dije: Ya llegó la doña y se va armar, llegó tarde otra vez. Y en efecto, cuando se sintió la puerta, comenzó el señor Gustavo a gritar que “¿Dónde había estado?” y bueno, ya nosotras sabíamos ese repertorio, así que le alce el volumen al televisor para no escuchar los gritos. Luego escuchamos un grito horrible, yo le bajé el volumen al televisor, y escuchamos los gritos de auxilio, auxilio, auxilio. Enseguida salimos del cuarto, fuimos a las escaleras y al subir encontramos al señor Gustavo tirado en el suelo con la enfermera y la señora Sonia al lado. Tratamos de ayudarlo a levantar, pero la señora Sonia nos dijo que lo dejáramos quieto y que esperáramos a los médicos, porque ya habían llamado a una ambulancia.

Moreno: ¿Discutían mucho la señora Sonia y el señor Gustavo?

Lucy: Bueno, ellos discutían cuando la señora Sonia llegaba tarde. Y bueno, hubo una época en que llegaba tarde casi todos los días, luego se calmaba y otra vez. En una temporada, llegaba temprano, pero se escapaba como a las 10, que yo me di cuenta porque yo tengo el sueño liviano, y sentía ruidos, y una vez la vi salir a las 10, y otro día la vi llegar como a las 2 de la mañana. Ya el señor Gustavo y la señora Sonia, no dormían juntos desde que comenzaron a pelear por las llegadas tardes, y luego, como le dije, llegaba temprano para tranquilizar al señor Gustavo, esperaba que el se durmiera y se salía por la noche, pero eso fue como unas 4 o 5 veces nada más.

Moreno: ¿Nada más? Bueno, ¿y los hijos y los hermanos del señor Gustavo sabían de eso?

Lucy: Bueno, no es que yo sea chismosa, pero si a uno le preguntan y lo cogen y lo arrinconan, pues uno termina diciendo las cosas.

Moreno: Dale, no tengo más nada que preguntar, lea su declaración y si esta conforme la firma por favor.

 

REPORTE DE MEDICINA LEGAL

 

El reporte de medicina legal, fue conseguido extraoficialmente, pues la Fiscalía se lo dio a conocer a uno de los hijos del señor Gustavo Fernández, y este lo pasó a varios miembros de la familia, entre ellos, un sobrino del señor Gustavo Fernández, quién guarda cierta simpatía con la señora Sonia Vargas, y se lo terminó enviando.

 

Causa de muerte: Infarto

Otros hallazgos:

Traumatismo en frente lado derecho.

Laceraciones en brazos.

Laceración en rodilla izquierda.

Ruptura de dos costillas y esternón.

 

 

ENTREVISTA CON EL PERITO FORENSE CARLOS JULIO.

 

Moreno: Según la versión de la familia, hubo un forcejeo y ella lo golpeo con la puerta en la cabeza y así, lo mató. Desde esa perspectiva pueden buscar un homicidio preterintencional o un culposo, es decir, quería lesionarlo y lo terminó matando, o alegar que cerrar la puerta con el riesgo de pegarle, fue un acto gravemente imprudente. Alegar legítima defensa no es opción, por la diferencia en edad, además, si bien hay antecedentes de discusiones, no hay ningún antecedente de agresión física, no veo un homicidio doloso, aunque no falta que lo aleguen, diciendo que hay una intención de quedar viuda y de quedarse con toda la herencia. ¿Tu qué piensas?

Carlos Julio: Ay Dios mío, estas pensando como abogado, y no entiendes la evidencia. Muéstrame la versión de la viuda. Este informe no se puede interpretar si no tengo una versión de lo que ocurrió.

Moreno: Aquí lo tienes.

Carlos Julio: mmmm, mmmm, mmm

Moreno: mmmm? ¿Qué significa eso?

Carlos Julio: Mira Mario, La causa de muerte es un infarto, y no es el golpe en la cabeza, lo cual, permite explicar varias cosas, desde la versión de la viuda. Según su versión, ella cerró la puerta, pero no dice que lo golpeó con ella. El golpe se puede explicar de la caída, luego de sufrir un infarto. Sufres un infarto y estás de pie, ¿qué te va a ocurrir? Caes al suelo, sin ninguna protección, a esa edad el golpe es mucho más significativo, el peso, también influye, y el señor pesaba 80 kilos, lo que hace que la caída y el golpe sea más fuerte. La caída también explica las laceraciones en las rodillas, pues al caer fue la primera parte que golpea con el piso. Las laceraciones en los brazos, a la edad del señor son producto de la manipulación, es decir, de qué partes te sostienen para cargarte, pues de los brazos y las piernas, en el momento en que trataron de levantarlo, seguro lo tomaron de los brazos, así que es normal encontrar este tipo de lesiones en un hombre de esta edad, y la ruptura de las costillas y el esternón, son lesiones propias de una reanimación, donde oprimen el pecho. Ahora, si quieres otra versión de los hechos, puedes decir que al señor lo cogió un beisbolista de 90 kilos, a batazos pegándole primero en el pecho y luego en la cabeza o viceversa, pero ello no es del caso, pues una mujer normal no tendría la fuerza para romper un esternón con un bate, a menos que estuviera entrenada para ello.

Moreno: Eres magnífico… y cuando escribes todo eso.

Carlos Julio: Yo se. Déjame tres días y te lo entrego.

Moreno: ¿Puedo confiar en que no hay ninguna sorpresa?

Carlos Julio: No, en el reporte de medicina legal aparece que la fractura del esternón y las costillas es una lesión muy común en procesos de reanimación, solo que no lo leíste, y que ello se encuentra soportado en la historia clínica.

 

ENTREVISTA CON EL FISCAL DEL CASO

 

Fiscal: Señor Moreno, buenos días ¿En qué lo puedo ayudar?

Moreno: Buenos días Doctor, sí muchas gracias, yo soy el abogado de la señora Sonia Vargas, del caso de Gustavo Fernández, de la Universidad Metro.

Fiscal: Ha muy bien Doctor, ¿quiere un café?

Moreno: Sí por favor.

Fiscal: Linda, por favor un café para el Dr. Moreno. Y bueno, en qué lo puedo ayudar.

Moreno: Mire aquí tiene el poder con el cual represento a la señora Vargas.

Fiscal: Ok. La familia del señor Gustavo Fernández, es decir, hijos y varios hermanos han mostrado mucho interés en este caso, la verdad es que han estado muy pendientes pues están convencidos que su cliente tuvo algo que ver con la muerte del señor Gustavo Fernández.

Moreno: Si me imagino.

Fiscal: Mire si me va hablar de problemas familiares por la herencia o disputas familiares con la señora Sonia, pues no tiene sentido. ¿Qué tal si nos ahorramos el tiempo? ¿Quiere hacer un preacuerdo? ¿Un homicidio culposo?

Moreno: Pues, no vine exactamente a hacer un preacuerdo. Tengo evidencia de que mi cliente es inocente, me gustaría que la escuchara en un interrogatorio, para que viera su versión. Pero hay una pieza que me está faltando en el rompecabezas y es el dictamen de medicina legal. Sé que no tiene obligación alguna de mostrármelo, pero como una muestra de lealtad procesal, le pido que me de una copia, y yo le muestro las evidencias que tengo, y así, no nos desgastamos en un juicio largo y extenso. ¿Qué le parece?

Fiscal: Sabe que puedo negarme a descubrir evidencia antes de la acusación. Pero, estoy muy ocupado, y no me gusta tener a los familiares del señor Gustavo Fernández todos los días de la semana presionándome, si como dice usted, hay evidencia de la inocencia de su cliente, voy a estudiarla, y no significa que ustedes tengan la razón. Aquí tiene una copia del dictamen de medicina legal, que siento por alguna razón que ya lo conoce, sino que quiere tener acceso legal a él. Por otra parte, hagamos el interrogatorio a su cliente, la próxima semana, ¿el martes le parece bien? ¿En la mañana o en la tarde?

Moreno: El martes esta bien, y en la mañana.

Fiscal: Perfecto, y cuando pueda por favor envíeme la supuesta evidencia que tenga a ver si salimos de este caso lo más pronto posible.

Moreno: Sí señor, se la traeré el mismo martes.

 

EN LO REFERENTE CON EL CUMPLEAÑOS DEL DÍA DE LA MUERTE.

 

Frente al cumpleaños donde estuvo la señora Sonia Vargas del día de la muerte del señor Gustavo Fernández, se tienen fotos y videos de ese día, donde se encuentra la señora Sonia Vargas festejando con sus compañeros de trabajo. También se recaudó una copia de la cédula de la cumpleañera donde aparece dicha fecha como el de su cumpleaños.

La asistente se llamaba Karina Perdomo, cumplía 29 años, y dijo que sus compañeras le organizaron una pequeña fiesta en su oficina, donde hablaron un buen rato, hubo comida, pastel y bebidas. Que la reunión comenzó, pasadas las 7 de la noche, y se extendió hasta las 8 y 45 hasta que le cantaron el feliz cumpleaños, y todos se fueron para sus casas.

 

 

LLAMADA TELEFONICA DE MORENO A SONIA

Moreno: Sonia, buenas tardes. Conseguí la diligencia de interrogatorio para el martes de la otra semana. Ya tengo el dictamen del perito, y faltan algunas cosas para la diligencia. Tenemos que reunirnos para prepararte para la diligencia.

Sonia: Uy que nervios, pero bueno, con tal de salir de todo esto lo más pronto posible ¿cuándo nos vemos?

Moreno: Mañana, si puedes. Nos reunimos toda la tarde. Necesito que lleves todas las escrituras de los inmuebles que vendiste, por favor.

Sonia: Ok, ya las tengo.

 

 

LA DILIGENCIA DE INTERROGATORIO.

 

FISCAL: Bueno señora Sonia, su abogado ha insistido en realizar esta diligencia de interrogatorio, pues no se encuentra obligada, y tiene derecho a guardar silencio, y a no declarar en contra de usted, o de otro pariente en cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad y primero civil. ¿Es usted consciente de ello?

Sonia: Sí señor.

FISCAL: ¿Ha sido usted debidamente asesorada por su abogado para rendir la siguiente diligencia?

Sonia: Sí señor.

FISCAL: ¿Puede decirnos cuantos años tiene?

Sonia: Sí señor, tengo 40 años.

FISCAL: ¿Cuántos años estuvo casada con el señor Gustavo Fernández?

Sonia: 6 años.

FISCAL: ¿Cuántos años le llevaba el señor Gustavo Fernández?

Sonia: 40 años.

FISCAL: ¿Tenía o tiene usted un poder del señor Gustavo Fernández para representarlo en las reuniones de la Universidad Metro y para vender sus bienes?

Sonia: Sí señor, fue un poder que el me concedió cuando su salud comenzó a desmejorarse y le costaba trabajo asistir a las reuniones y hacer trámites notariales. El médico le recomendó no estresarse y que guardara reposo por sus problemas cardiacos, sobre todo, luego de que le diera el primer infarto.

FISCAL: ¿Ha seguido utilizando dicho poder para vender bienes?

Moreno: Señor Fiscal, esa pregunta no tiene relación con la investigación que tiene como fin esclarecer un homicidio.

FISCAL: Pues abogado, esta investigación se ha desarrollado dentro de un contexto de una herencia, a ello va dirigida mi pregunta, y por eso, insisto en que la señora la responda.

Sonia: Señor FISCAL, yo también soy abogada, y se que un poder de un difunto ya no tiene validez, así que le respondo, que a partir de la muerte de mi esposo, no ha utilizado dicho poder para vender bienes. Aquí tiene los soportes de las últimas ventas realizadas. Puede ver que las escrituras fueron elevadas en fechas en que mi esposo aún vivía, y que por trámites de registro, fueron registradas días después de su muerte, pero el negocio jurídico fue realizado y protocolizado en fechas en que mi esposo se encontraba con vida.

 

 

El fiscal revisó todos los documentos que se presentaron y constató las fechas, y confirmó que las fechas de las escrituras públicas fueran anteriores a la fecha del deceso del señor Fernández. El Fiscal extraoficialmente dijo que ese era uno de los temas que quería aclarar, pues los hijos del difunto habían sido muy insistentes en el tema.

 

FISCAL: ¿Puede decirnos el valor de los bienes que vendió y que hizo con ese dinero?

Sonia: Los bienes vendidos suman unos 1.500 millones, dinero que utilizamos para viajar a Europa, pero la mayor parte fue reinvertido en varios bienes para arrendarlos, prácticamente se reconstruyeron, se remodelaron y se tienen hoy en día arrendados. Aquí está una relación de los gastos de las reparaciones, que suman unos 1.200 millones. Hoy en día, esos bienes que antes no producían ni un peso, hoy están produciendo 80 millones de pesos mensuales.

FISCAL: Señora Sonia, ¿Ha utilizado usted dicho poder, para tomar decisiones en el Consejo de la Universidad Metro?

Sonia: Pues en el Consejo de la Metro me presenté en dos oportunidades como lo solía hacer, para tomar decisiones, pero en la última reunión, los hijos y los hermanos de mi esposo me sacaron, así que ni utilicé dicho poder en esas reuniones, porque no lo lleve, y tampoco lo he utilizado luego de que me sacaran.

FISCAL: ¿Conoce usted a Oliver Pinto? Y si lo conoce, diga ¿qué relación tuvo o tiene con él?

Sonia: Sí lo conozco. Fue empleado de la Universidad Metro, y tuvimos un romance.

FISCAL: ¿Conoce usted a Javier Vega? Y si lo conoce, diga ¿qué relación tuvo o tiene con él?

Sonia: Sí lo conozco. Y tuve un romance con él.

FISCAL: ¿Su esposo supo de esos romances?

Sonia: Creo que supo de uno, y del otro no estoy segura.

FISCAL: ¿Qué pasó cuando el se enteró?

Sonia: Pues tuvimos una pelea muy fuerte, el me reclamó, y me insultó. Luego nos reconciliamos, pero comenzamos a dormir en cuartos separados a partir de ello.

FISCAL: ¿En alguna ocasión existió maltrato físico?

Sonia: No, nunca, el nunca me maltrató físicamente.

FISCAL: ¿y usted lo maltrató?

Sonia: No, nunca.

 FISCAL: ¿Qué ocurrió en la noche en que murió el señor Gustavo Fernández?

Sonia: Esa noche yo estaba en la oficina celebrándole un cumpleaños a una de mis asistentes, se me fue la noción del tiempo, y llegué tarde a mi casa, como pasadas las 9 de la noche. Llegué a mi casa, lo saludé y el comenzó a hacerme reclamos de que ¿por qué llegaba a esa hora? Y que ¿Con quién estaba? Y comenzó a insultarme diciéndome zorra y vagabunda. Yo le dije que estaba en una reunión en la oficina y el no me creyó, le dije que estaba en un cumpleaños, y el no me creyó, así que me fui a mi cuarto y me encerré. El seguía gritándome y en la puerta comenzó a golpearla hasta que se quedó en silencio. De pronto oigo un grito, abro la puerta y encuentro a mi esposo tirado en el suelo y la enfermera al lado, comenzamos a gritar auxilio, y así llegaron las dos empleadas Lucy y Herminia, quienes intentaron pararlo, pero yo les dije que lo dejaran quieto y que esperáramos a los paramédicos. Llamé a la ambulancia, y llegaron como en 30 minutos, me subí con él a la ambulancia, llegamos al hospital, lo ingresaron a UCI, y tiempo después me informaron que había muerto, yo rompí a llorar, luego llegaron los hijos y como dos hermanos.  Eso es todo.

FISCAL: ¿Golpeó usted a su esposo con la puerta de su alcoba?

Sonia: No señor, yo cerré la puerta y el todavía estaba subiendo las escaleras.

FISCAL: ¿Golpe usted a su esposo con algún otro instrumento?

Sonia: No señor.

FISCAL: Su esposo tenía un fuerte golpe en la frente el día en que murió. ¿Tiene usted alguna idea qué le ocasionó dicho golpe?

Sonia: Señor, mi esposo era un anciano de 80 años, que según medicina legal sufrió un infarto, al derrumbarse sin protección alguna, tuvo que haberse golpeado durísimo con el suelo.

FISCAL: ¿escuchó dicho golpe?

Sonia: Ahora que me acuerdo, sí lo escuché, justo antes de que se escuchara un silencio.

FISCAL: ¿Tiene algo más que decir o agregar?

Moreno: Señor Fiscal, aquí tiene la evidencia que le comenté. Es un peritaje medico forense con base en la historia clínica y el dictamen de medicina legal, donde corrobora que el golpe es congruente con la caída del difunto luego de sufrir un infarto. Igualmente le anexamos las declaraciones de las dos empleadas y la enfermera que se encontraban el día de los hechos, y todas las copias de las escrituras públicas de venta e bienes.

FISCAL: Esta bien, se cierra la diligencia. Voy a estudiar los documentos que me han aportado, y les estoy avisando el trámite que seguiremos en este proceso. Muchas gracias por venir.

 

 

Sonia: Abogado ¿Cómo nos fue?

Moreno: Yo creo que muy bien, hay que esperar a ver si solicita una preclusión o si insiste en acusar. Pero yo pienso que todo salió muy bien.

 

 

El fiscal a la semana resolvió solicitar una preclusión ante el juez de conocimiento, alegando atipicidad de la conducta, toda vez que se había encontrado de que la muerte del señor Gustavo Fernández se había dado por causa natural, es decir por un infarto de conformidad con el dictamen de medicina legal y el dictamen del médico forense aportado por la defensa.

El juez de conocimiento aceptó la solicitud de preclusión.

Los hijos del señor Gustavo Fernández apelaron la decisión argumentando de que la señora Sonia Vargas con su conducta -el haber llegado tarde a casa- había generado una discusión que había puesto al señor Fernández en una situación alta de estrés, que ella era consciente que le podía afectar su salud cardiovascular, y que lo había hecho de manera negligente.

El abogado de la defensa como parte no recurrente, planteó que no era posible imputarle a la señor Sonia Vargas, haber puesto al señor Fernández en una situación de estrés, pues las discusiones son propias de la vida en pareja, y que era una acción conforme a derecho,  además fue el señor Fernández quién inició la discusión y comenzó a agredir a la señora Sonia Vargas, de manera injusta, pues como se había comprobado, ella estuvo departiendo con sus compañeras de trabajo por un cumpleaños de alguna de sus asistentes.

El Tribunal Superior resolvió el recurso de apelación confirmando la decisión del juez de primera instancia, aceptando la preclusión del proceso a favor de la señora Sonia Vargas. 

 

 

PREGUNTA PARA EL LECTOR

 

¿Estás de acuerdo con la decisión de los jueces?

¿Habría forma de condenar a la viuda?

 

 

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