viernes, 23 de agosto de 2024

El sentido de la música


La música es parte de la humanidad, nos identifica de otras especies, y de seguro, si existiera vida en otro planeta, los extraterrestres no nos entenderian. 

Escuchar, bailar, interpretar o componer música son pasiones artísticas qué surgen del lado derecho del cerebro, que es nuestro lado creativo. 



La música es un don o un talento que a veces nace con la persona, a veces se desarrolla o se cultiva, pero que también viene por raciones, pues hay quienes bailan pero no pueden tocar ningún tipo de instrumento, hay quienes cantan pero no bailan, y hay quienes tocan algún instrumento pero no tienen una buena voz para cantar.

Cuando se es músico no existe mayor extasis que escuchar la sincronía que se genera, cuando tocas con otros músicos y suena bien, tanto que es adictivo. Tocar en una orquesta, una banda o una sinfónica es sin duda una experiencia brutal para cualquier músico.




Los músicos pueden ser intérpretes o compositores, o ambos. El compositor crea música, letra, melodías o la armonía. 
El intérprete toca la música compuesta por otro,  y también hay arreglistas, que modifican la obra inicial. Hoy en día también se habla de productores y directores, que son los que preparan la puesta en escena del músico creando todo un espectáculo de luces, sonido, coreografía y escena. 

Los músicos tienen dos perfiles, el bohemio, y el clásico elegante. El bohemio luce despreocupado, sencillo, de bestir exótico, desarreglado. El clásico luce elegante, exigente, serio y prepotente.

La música hace parte de la persona, al músico le quitan su música y muere parte importante de él. Si al músico no lo dejan practicar, pierde su destreza, se le olvida como tocar y cantar, y con ello pierde su música, se entristece y se deprime. 

 La música sale de lo más profundo de sus sentimientos, si el músico está alegre su música es alegre, si esta triste surgen notas tristes, si esta enojado las notas son fuertes y graves, por eso la música depende del estado de ánimo del artista. 

El músico desarrolla una relación muy particular con su instrumento. En el caso de los instrumentos de viento es razonable que sean personales por salubridad, pero por regla general el músico prefiere tocar su propio instrumento que tocar otro prestado, pues se siente más seguro, debido al tacto y al sonido, al parecer, cada instrumento se amolda a su dueño o el dueño se amolda a su instrumento. 

Ser músico revela una forma de vivir, una forma de pensar, una sencibilidad por la vida, por el amor, por las cosas, de tal forma que cada objeto, nombre, lugar o persona representa para el músico una o varias melodías o canciones. 

Por último, todos somos músicos de corazón, no hay persona en el mundo que no haya tarareado o silbado una melodia, muchos son músicos aficionados, pero solo unos pocos son músicos de profesión. 

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