CAPITULO
VII. EL JUICIO EN TENERIFE.
José
Joaquín: ¿Y ahora? ¿Qué clase de recibimiento es este? Yo que vengo a ayudar y
me dicen que soy el causante de todo esto. A ver, que yo a tu madre no la veo
hace más de dieciséis años que no se de ella. ¿Qué pude yo haber hecho hace
dieciséis años que sea yo el culpable de todo esto?
La
niña contestó: Pues yo no lo sé, lo único que dijo mi madre, era que usted era
el único que podía resolver todo lío.
José
Joaquín: Pero vaya a saber yo que habrá pasado, y pues, yo vine fue a ayudarla,
que me he venido en un viaje en barco desde Cádiz, y la verdad niña, es que no
tengo ni idea de cómo puedo yo ayudar a tu madre.
La
niña contestó: Menudo salvador, que ha venido, y no sabe qué hacer.
José
Joaquín: Pero hombre, que yo como que nací en Sodoma y Gomorra, niña que no
tengo ni una pista de por qué tu madre me ha llamado hasta aquí. Tu sabes donde
está? Para verla y preguntarle.
La
niña contestó: Se la llevaron hace dos semanas y está encarcelada, no me han
dejado verla.
José
Joaquín: Lo siento mucho de verdad, y siento mucho por todo lo que estás
pasando, y espero encontrar la manera de ayudarla. Sabes si tiene algún abogado
que la esté ayudando?
La
niña contestó: A ver señor, a mi madre se la llevaron los de la inquisición, la
acusaron de haber realizado una herejía, que supuestamente fue que embrujó a su
tío, y que al parecer tuvo una hija con él, ósea yo. No tengo más información,
no me dejan ver a mi madre, y lo último que ella me dijo, es que lo buscara a
usted que, según ella, la podía ayudar.
José
Joaquín: Ahora sí…
La
niña: Ya sabe que hacer?
José
Joaquín: No ahora sí que estoy totalmente perdido, qué tiene que ver esa
acusación conmigo? Si tu madre se ha ligado con su tío, pues no se qué tengo
que ver yo con ese embrollo.
La
niña: Pues mi madre no se ha ligado con su tío. Pablo era hermano de mi abuelo,
retornó a Tenerife antes de que yo naciera, y ayudó a mi madre y a mi abuelo
con la panadería. Luego mi abuelo murió y Pablo, se quedó ayudándonos y
cuidándonos. Era como un padre para mí.
José
Joaquín: Pues ya vez…
La
niña: Pues yo lo llamaba Pa, pero no era mi padre, y mi madre siempre lo trato
como un tío… todos son chismes de algunos vecinos que por años han estado
rumorando que mi mamá y mi tío vivían en pecado.
José
Joaquín: ¿Y bueno y dónde está ese tal Pablo?
La
niña: Murió hace tres meses, y no pudo declarar ante la Inquisición, y muchos
envidiosos que buscan quedarse con la panadería, aprovecharon y acusaron a mi
madre de hechicería, de haberlo seducido, de que yo soy hija de Pablo, y de que
mi madre lo mató para que no dijera la verdad.
José
Joaquín: Válgame Dios, pero que fuerte es todo esto. Si estáis rodeada de
enemigos, cómo es que has podido mantener este negocio tu sola.
La
niña: Pues señor, nací en esta panadería, mi abuelo y mi madre me enseñaron
todo, y hago todo lo que está a mi alcance, además, gracias a Dios cuento con
dos empleados que están conmigo desde que nací, que son Sonia y su hijo Lázaro,
que me han ayudado en todo.
José
Joaquín: Y a todas éstas… y tu padre?
La
niña: Pues mi madre se casó con mi padre, que se llama Fernando, pero él nos
abandono y se fue para las indias, ha venido a visitarme un par de veces, pero
no me presta atención, y mi madre tampoco lo quiere mucho, y hace 4 años que no
lo veo, mi madre sabía que para esto, no podía contar con él, pues no sabemos
ni donde está, o si sigue vivo.
José
Joaquín: Qué barbaridad, Por cierto niña, cómo es tu nombre?
La
niña: Mi nombre es Victoria.
José
Joaquín: Bueno Victoria, déjame ver qué puedo hacer, a ver cómo ayudamos a tu
madre.
José
Antonio: Qué pasó tío?
José
Joaquín: Pues hombre, menudo rollo, esa niña que vez ahí, se llama Victoria, es
hija de María. Y a María, la están acusando de haber hechizado a su tío, de
haberlo seducido, y fuera de todo de haberlo matado. Ah… y por si fuera poco,
dicen que Victoria es hija del tío de María.
José
Antonio: ¿Y tú qué velas tienes en este entierro?
José
Joaquín: Pues no sé, pero si logramos llegar aquí después de un ataque pirata,
a los que vencimos con una catapulta y barriles llenos de mierda, pues definitivamente,
el destino me está trayendo para algo, pero tengo que saber qué es. Necesito
hablar con María a ver cómo puedo yo ayudarla.
************
José
Joaquín habló con el abogado de María, fue a las cárceles de la inquisición,
pero no pudo hablar con María. Y el abogado no dio más información que la que
le dio Victoria.
**************
Mientras
tanto, en la panadería, José Antonio y Manolo esperaban, a que regresara José
Joaquín.
José
Antonio: Menudo lío en que se ha metido mi tío… la verdad es que lo veo grave.
Victoria:
Pues hombre, si como dijo mi madre, tu tío es la salvación, pues ya yo veo todo
perdido.
José
Antonio: Pero que niña tan pesimista… te pareces a mi tío… ¿pues sabes qué? De
peores cosas hemos salido, y te aseguro, que algo se nos va a ocurrir para
salvar a tu madre.
Victoria:
Pero es que tu tío salió a hablar con mi madre, y a ella, en estos momentos no
la dejan hablar con nadie, sino yo estuviera hablando con ella. Por eso te digo
que esa no es una solución.
En
esos momentos, llegó un gitano con una guitarra, y José Antonio se la pidió
prestada, y comenzó a tocar una melodía gitana, haciendo que todos en la
panadería y en los alrededores, le prestaran atención, pero en eso lo
interrumpió Victoria.
Victoria:
Pero ¿Qué carajos haces? Cómo vas a tocar esa música… Si fuera de que ya
estamos jodidos con el tema de mi madre, tu vas a tocar una música gitana… aquí
en Tenerife… vas a hacer que nos ahorquen.
José
Antonio: Pero que aguafiestas, ya se estaba alegrando la gente mujer… de verdad
que te pareces a mi tío, eres igual de amargada.
Victoria:
¿Es que no te das cuenta? Aquí no se puede hablar de gitanos... se puede
comenzar una pelea… y de verdad, no tengo cabeza para más líos… suelta ya esa guitarra
por la Virgen de la Macarena.
José
Antonio: Bueno, ya está bien… pero dime qué haces para divertirte entonces
amargada.
Victoria:
Deja de decirme amargada, o te pongo el plato en la cabeza…
Manolo:
Uyyy….
José
Antonio: Me siento como si hablara con mi tío, todo es NO, NO, NO… Pero que
negatividad… estás muy joven para eso…
En
estos momentos llegó José Joaquín.
José
Antonio: Hombre tío¡ Ya era hora¡ Pudiste hablar con María?
José
Joaquín: No, fue imposible… pero hablé con el abogado…
José
Antonio: ¿Y qué te dijo?
José
Joaquín: Nada nuevo, la verdad no sé qué hacer para ayudarla…
Victoria:
Menudo héroe que recorre tanto en barco y cuando llega a la puerta no sabe ni
qué hacer…
José
Joaquín: Niña… por favor… que no estoy para sermones.
José
Antonio: Pero si vaya que es buena para los sermones… es que es experta… solo
le ganas tú…
Victoria:
Mira pedazo de arrogante, que te voy a callar la boca con esta cuchara.
Tuvo
que intervenir Manolo y José Joaquín, para que Victoria no le pegara a José
Antonio con una cuchara de palo.
José
Joaquín: Ya niña… por Dios¡ ahora sí que estoy condenado… Calmando a esta
fierecilla, aguantándome al insoportable de mi sobrino, y María en la cárcel… ¿Podeis
darme por lo menos un poco de tranquilidad para pensar? Parecen dos chavales
peleando…
Victoria:
El comenzó… es que no termina de crecer…
José
Joaquín: Shhhhhhh
Se
calmaron todos y se sentaron en silencio.
En
ese momento, José Antonio vio cómo José Joaquín y Victoria se habían sentado de
una forma muy similar, y eso que una loca idea se le metiera en la cabeza…
Comenzó a reparar a su tío y Victoria, y comenzó a encontrar rasgos similares,
y encontró que coincidían un lunar que su tío tenía cerca de su ceja derecha,
con uno que también tenía Victoria. Vio que sus narices eran muy parecidas y su
barbilla también, y entonces le preguntó:
José
Antonio: Tío, ¿en qué año te fuiste de Tenerife?
José
Joaquín: Ya, te dije, hace más de 16 años…
José
Antonio: Victoria… ¿cuántos años tienes?
Victoria:
… Y a ti qué te importa?
José
Antonio: A ver Victoria… coopera… es por el bien de tu madre…
Victoria:
16 años, y eso ¿qué tiene que ver con mi madre?
José
Joaquín: ¿Y ahora qué barbaridad se te ha ocurrido?
José
Antonio: Pero es que no se dan cuenta… Miren como están sentados… se sientan en
la misma posición…
Victoria:
A ver pelmaso, y eso que tiene que ver…
José
Antonio, toma a José Joaquín del brazo, y se lo lleva a parte de la reunión
para decirle algo...
José
Joaquín: Pero qué carajos haces José Antonio, ¿qué es lo que te está pasando?
Victoria
les grita desde donde estaba sentada: ¿Pero que le pasa a ese cabron?
José
Antonio: Pero tío… a ver… ¿no hay la posibilidad de que Victoria sea tu hija?
José
Joaquín: Pero qué estás diciendo José Antonio… Si el padre de esa chiquilla
está en las Américas… Si ella misma me lo ha dicho…
José
Antonio: Pero tío… tiene la misma edad del tiempo en que tú te fuiste de
Tenerife… se sienta igual que tú… y cuando discuto con ella… es como si lo
hiciera contigo…
José
Joaquín: Pero José Antonio… ¿Qué estás diciendo? Cómo voy a ser el padre de esa
chiquilla, si el padre es otro… y se encuentra en América…
José
Antonio: Pero tío… mira bien, tienen la misma nariz, tienen el mismo lunar al
lado de la ceja, y tal vez, hasta compartan otro quién sabe en donde…
José
Joaquín, miró a su sobrino… luego miró a Victoria y la reparó…
José
Joaquín: Pero José Antonio por favor… Si María es blanca como la leche, y yo
también…, ¿de donde saldría esta niña tan trigueña?
José
Antonio: Tío, si hay dos de tus hermanos que son trigueños, por qué no va a ser
esta niña trigueña…
José
Joaquín volvió a reparar a Victoria…
José
Joaquín: Esto no puede ser, es imposible… María nunca me lo dijo… ni me
escribió para decirme… eso no puede ser… Además esa chiquilla me contó la
historia de su padre… No es posible…
José
Antonio: Bueno tío, vamos a preguntar la fecha de su cumpleaños y de ahí
podemos saber…
José
Joaquín: A ver chiquilla…
Victoria
se acerca a los dos hombres que están hablando entre secretos, con bastante
desconfianza.
Victoria:
No me llames así…
José
Joaquín: Esta bien, esta bien… por favor Victoria… dime cuando es la fecha de
tu cumpleaños.
Victoria:
El 25 de Noviembre, ¿por qué?
José
Joaquín, comenzó a hacer cuentas…
José
Joaquín: Pues las cuentas no me dan, la Armada española me trasladó más o menos
en Enero, y ella debió haber nacido en Octubre.
José
Antonio: ¿Tío estás seguro?
José
Joaquín: Si eso se puede confirmar en el cuartel, si es que todavía se guardan
los registros… bueno y también hay otra manera… si es que todavía existe… hay
una piedra en el campo en donde María y yo escribimos nuestros nombres con la
fecha… y yo me fui… un mes después… eso sí lo recuerdo muy bien…
José
Antonio: Qué romántico… jajajaja
José
Joaquín: Ya vas a empezar…
Victoria:
Bueno… ya está bueno de tanto secreto… se puede saber qué es lo que les está
pasando en su cabeza…
José
Antonio: Que tu puedes ser hija de mi tío…
Victoria:
Imposible…
José
Joaquín: Eso mismo le estaba diciendo yo.
Victoria:
Mi madre conoció a mi padre, tres meses después de que te fuiste, se casaron y
luego quedó embarazada.
José
Antonio: Pero no se dan cuenta que son igualitos, hasta tienen el mismo lunar
al lado de la ceja…
José
Joaquín: Que ya deja el tema José Antonio… que no es que es imposible…
Victoria:
Que estás loco tío… que cómo voy a ser hija de este hombre… eso es imposible.
José
Antonio: A ver… existe otro lunar… en algún otro lado…
Victoria
y José Joaquín se quedaron viendo el uno al otro con el ceño fruncido y ambos
dijeron al tiempo: Imposible…
José
Antonio: No lo ven… son igualitos…
Y
ambos respondieron: ¡ESTAS LOCO¡
José
Antonio: ¿Hay otro lunar?
José
Joaquín: Pues yo tengo uno en la nalga… mira…
Victoria:
Ah no… ni se les ocurra que ustedes van a verme…
José
Antonio: No, mujer… al menos míralo y dinos si tu tienes uno en el mismo lugar…
Victoria:
No me interesa…
Se
fue
José
Joaquín: Te has dado cuenta de cómo complicas las cosas…
Todos
volvieron a las mesas de la panadería en silencio, y mientras que José Antonio
le contaba sus sospechas a Manolo, José Joaquín, dijo:
José
Joaquín: Mira chiquilla…
Victoria:
Que no me digas así…
José
Joaquín: Bueno… está bien… Victoria… No creo que yo sea tu padre, como lo dice
José Antonio… pero creo que esto lo que estaba pensando,… puede ayudar a tu
mamá, mañana en el juicio. Que tal si decimos, que yo sí soy tu padre…
Victoria:
¿Y eso en qué beneficia a mi madre?
José
Joaquín: Pues primero… ya no serías hija del tío de tu madre… segundo, tu padre
quedaría como un mártir… pues al enterarse que no eras hija suya decidió
abandonarlas… eso sí yo quedaría como un bastardo… pero de seguro eso ayudaría
a tu madre…
Victoria:
Pues por mí, está bien, si logramos salvar a mi madre. (y comenzó a llorar de
felicidad).
José
Antonio: ¿Pero tío estás loco? Si no nos cree la Inquisición… te pueden matar…
es fue una idea descabellada que se me ocurrió…
José
Joaquín: Ni tan descabellada José Antonio… La verdad, yo no podría negarla…
pero como te dije cuando te conté la historia de María… Se hacen locuras por
amor.
Victoria
abrazó a José Joaquín muy fuerte y lloró en su pecho…
Victoria:
Gracias… Nadia había hecho algo así por nosotras…
José
Joaquín: Bueno… Ahora… necesitamos probarlo, yo voy al cuartel para ver si
encuentro los registros de mi traslado de Tenerife a Cádiz, y ustedes por
favor… busquen la piedra en el campo, a ver si aún existe. Si no me acuerdo
mal, quedaba abajo del árbol de ciruelas en la finca de ovejas de un señor
llamado Ricardo Gamez.
Victoria:
Yo sé donde queda… mi madre siempre hablaba de ese sitio y me llevó en varias
ocasiones… pero yo no sabía de la historia.
José
Joaquín: Bueno, José Antonio y Victoria van a buscar la piedra, y Manolo y yo
buscaremos los registros militares para darle más crédito a la historia. Luego
de eso, iremos a hablar nuevamente con el abogado para preparar la audiencia de
mañana.
***********
Al
día siguiente, en el juicio de la Inquisición.
Estaban
María, Victoria, los vecinos, José Joaquín, José Antonio y Manolo, todos listos
para esta batalla legal y religiosa.
Se
inicia el juicio en contra de María Concepción Acevedo González, por hechicería
y herejía… Puede la defensa llamar a sus testigos…
Defensor:
Su eminencia… me permito llamar como testigo al señor José Joaquín Calderon,
quién ha venido desde Cádiz, a declarar en este juicio…
Inquisidor:
Muy bien, que se presente el señor José Joaquín Calderón a este Santo Tribunal.
Se
presentó José Joaquín… hizo una venía, saludó a María por primera vez después
de más de 16 años, le guiñó el ojo, y se sentó en el lugar asignado para rendir
su testimonio.
Inquisidor:
¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad?
José
Joaquín: Sí, lo juro.
Abogado
defensor: Señor, puede decirnos su nombre y a qué se dedica.
José
Joaquín: Soy José Joaquín Calderon, fui capitán de la marina, hoy retirado,
vivo en Cádiz, y tengo una empresa de carpintería en esa ciudad.
Abogado
defensor: Puede decirnos ¿por qué ha venido a este tribunal?
José
Joaquín: Pues recibí una carta en la que me citan como testigo… en el Juicio de
María Concepción Acevedo.
Abogado
defensor: Puede decirnos ¿cómo es que usted conoce a la señora María Concepción
Acevedo?
José
Joaquín: Por su puesto… hace 17 años, fui marino en la Gran Armada del Rey, y
me enviaron de Cádiz a reforzar Tenerife, porque según inteligencia militar y
fuertes rumores en Tenerife, la armada inglesa estaba muy cerca y quería
invadir las islas y reclamarlas para Inglaterra.
Audiencia:
Ooooooh
Se
escuchaba entre los asistentes el asombro, y los comentarios, este es uno de
los héroes de Tenerife…
Eso
definitivamente aumentaba la credibilidad a José Joaquín y favorecía a la
defensa.
Abogado
defensor: Quiere decirnos Capitán, que hace 17 años, usted fue uno de los
soldados que defendió heroicamente a Tenerife del Capitán Inglés Nelson.
José
Joaquín: Sí, así fue… de lo contrario, hoy todos ustedes hablarían inglés.
En la
audiencia se escuchó un bravo y comenzaron los aplausos…
Inquisidor:
Sileennncio…. Que estamos en una audiencia, no en un circo, vaya al punto…
abogado.
Abogado
defensor: Claro que sí su eminencia…. Señor José Joaquín… ¿Díganos qué relación
tuvo con la señora María Concepción Acevedo?
José
Joaquín: Cuando estaba presentando el servicio, fuimos novios… yo le pedí
permiso a su padre, que en paz descanse, para cortejarla, y el aceptó. Así que
la visitaba regularmente, y tuvimos unos amoríos muy bonitos por varios meses.
Audiencia:
Ohhhhh
Inquisidor:
Silencio…
Abogado
defensor: Señor Calderon,… se que no es una pregunta sencilla la que le voy a
hacer, pero es de vital importancia para la defensa… ¿Tuvo usted relaciones
prematrimoniales con la señora María Concepción Acevedo?
Audiencia:
Ohhh
Inquisidor:
Silencio…. Responda la pregunta señor Calderon.
José
Joaquín: Si, si tuvimos relaciones prematrimoniales… éramos jóvenes… y yo
realmente pensaba en hacerla mi esposa…
Abogado
defensor: ¿Y qué ocurrió después?
José
Joaquín: Duramos varios meses de novios, hasta que llegó una orden de la armada
española, donde me enviaban de vuelta a Cádiz… la orden llegó en Diciembre, y
yo me fui de Tenerife en Enero del año siguiente…
Fiscal
Inquisidor: Pero su eminencia… ¿Qué tiene que ver todo esto con el juicio por
herejía de la señora María Concepción Acevedo?
Inquisidor:
Abogado defensor… vaya al punto… le recuerdo que hoy es el último día de este
juicio, y no voy a permitir más dilataciones…
Abogado
defensor: Muy bien su eminencia… Señor Calderon por favor, conteste la pregunta
al señor Fiscal de la inquisición... ¿Qué tiene que ver sus amoríos con la
señora Maria Concepción Acevedo, con este juicio?
José
Joaquín: Vaya que tiene que ver… (suspiró) que luego de tanto tiempo, he
descubierto que Victoria, la hija de María, es mi hija…
Audiencia:
Ohhhhhhh
Inquisidor:
Silennnncioooo…. Se da cuenta de las implicaciones que está diciendo señor
Calderon… está diciendo que ha tenido una hija bastarda… que su madre la hoy
procesada por herejía tuvo relaciones indecorosas con usted… y que el padre de
la niña… no es el padre…
José
Joaquín: Sí, su eminencia, yo soy consciente de lo que estoy diciendo… y tengo
cómo probarlo.
Audiencia:
OOOOOhhhh
Inquisidor:
Señor abogado defensor… se le advierte… si estoy es una artimaña suya para
favorecer a la procesada, es causal de excomunión…
Abogado
defensor: Su eminencia… si me permite… esta defensa con el testigo y la
procesada probarán lo que se está afirmando.
Inquisidor:
Muy bien… proceda.
Abogado
defensor: Señor Calderon, ¿puede decirnos qué pruebas tiene?
José
Joaquín: Si señor defensor, mi primera prueba es este documento… es un registro
de la Armada, en el cual se me notificó la orden de traslado de Tenerife a Cádiz,
ayer fue solicitada una certificación de dicho documento, y el sargento
encargado me la ha firmado, para presentarla en esta audiencia. Y si su
eminencia lo quiere confirmar, podemos ir al cuartel militar de Tenerife.
José
Joaquín le entrega el documento al abogado defensor, quien se lo pasa primero
al Fiscal de la inquisición, este lo lee, y luego se lo pasa a Inquisidor,
quien también lo lee.
Inquisidor:
Muy bien, queda probado que el señor José Joaquín Calderon, hizo parte de la
Armada española, que estuvo en esta isla hace 17 años, y que luego fue
trasladado un año después a Cádiz por orden de la armada de su majestad. Aquí
está el certificado del sargento del cuartel Militar de Tenerife, Honorio
González… Señor Fiscal Inquisidor, tiene algo que objetar…
Fiscal
Inquisidor: No, su señoría…
Inquisidor:
Muy bien prosigamos… Siguiente prueba…
José
Joaquín: Mi siguiente prueba su eminencia, es la misma niña Victoria, la hija
de María Concepción Acevedo…
Inquisidor:
¿Cómo así? Qué artimaña es esta…
Abogado
defensor: Nooo, su señoría, solicitamos que Victoria, la hija de María
Concepción Acevedo, se presente a esta Corte.
Inquisidor:
Ahh, muy bien, que se presente la señorita Victoria…
Victoria
se presentó a la Corte, fue presentada ante el Tribunal de la Santa
Inquisición…
Inquisidor:
Muy bien, aquí está la señorita Victoria, señor Abogado defensor y señor
Calderon, nos pueden decir ¿qué quieren con ella?
Abogado
defensor: Sí su eminencia, quiero primero hacerle unas preguntas y luego hacer
una inspección corporal.
Inquisidor:
Muy bien, proceda…
Abogado
defensor: Señorita Victoria, puede confirmarnos ¿quienes son sus padres?
Victoria:
Mis padres son María Concepción Acevedo y mi padre es Ramón Valdez.
Audiencia:
Ohhhhh
Abogado
defensor: Señorita… ¿nos puede decir cuantos años tiene? Y en qué año nació?
Victoria:
Tengo 16 años y nací en 1634 el 25 de Noviembre.
Audiencia:
Se escuchó un murmullo.
Abogado
defensor: Conoce usted al señor José Joaquín Calderon.
Victoria:
Lo conocí, hace dos días que llegó a la Panadería. Dijo que conocía a mi madre.
Abogado
defensor: El señor José Joaquín Calderon, ha dicho en esta audiencia que es su padre ¿usted qué piensa al respecto?
Victoria:
No lo sé…
Abogado
defensor: ¿Alguna vez su madre le contó que tuvo un amorío antes de conocer a
su padre Ramón Valdez?
Victoria:
Si, en varias oportunidades me había contado, que había tenido un amorío con un
soldado que la salvó a ella y a Tenerife de un ataque de los ingleses. Que él
la había salvado a ella de un soldado enemigo, y que juntos pelearon contra los
ingleses, cuando nos invadieron. También me dijo que se encontraban debajo de
un árbol de cerezo en la finca de ovejas del señor Ricardo Gámez. Y que un día
marcaron sus nombres en una piedra.
Abogado
defensor: ¿Usted vio esa piedra?
Victoria:
Sí mi madre me la mostró… hoy en día todavía existe…
Abogado
defensor: ¿Y qué dice esa piedra?
Victoria:
es un corazón que rodea sus nombres… José Joaquín y María Concepción y la fecha
Febrero de 1634.
María
miraba extrañada a su hija, por si bien es cierto, sí le había hablado de su
amorío con un soldado, nunca le mostró la piedra.
Abogado
defensor: ¿Había escuchado el nombre de José Joaquín antes? ¿Algún amigo de su
madre o algún conocido en la isla?
Victoria:
No, nunca.
Abogado
defensor: No tengo más preguntas para la señorita Victoria, ahora quiero
proceder con la inspección corporal… Su excelencia, es sabido que padres e
hijos comparten rasgos comunes, en esta audiencia quiero que su Eminencia
compare los rasgos del señor José Joaquín y de Victoria, que hemos encontrado…
Primer
rasgo… forma y tamaño de la nariz…
El
inquisidor se levanta de su asiento y se acerca a José Joaquín y luego lo hace
con Victoria y compara a simple vista.
Inquisidor:
Bueno… sin duda hay un parecido… pero ello no confirma nada.
Abogado
defensor: Segundo rasgo… lunar al lado de la ceja derecha, ambos tienen ese
mismo lunar, con la misma ubicación.
El
inquisidor procede a constatar la existencia, medidas y particularidades de los
lunareas.
Inquisidor
y Fiscal inquisidor hacen la afirmación… que en ese rasgo coinciden.
Tercer
rasgo… forma de los pies.
Ambos
se quitan el calzado… y son inspeccionados por el Inquisidor y el Fiscal
inquisidor, y en efecto encuentran un gran parecido entre los pies de Victoria
y José Joaquín.
Ya el
abogado defensor iba a terminar la inspección, cuando Victoria se le acerca y
le dice algo al oído, y el abogado solicita la inspección de un nuevo rasgo.
Abogado
defensor: Su señoría… existe otro rasgo que por vergüenza de la niña, deberán
inspeccionar en privado… se trata de un lunar en la nalga.
José
Joaquín, José Antonio y Manolo se miraron sorprendidos. María por su parte en
la silla de los acusados, se sonrió mirando a su hija.
El
Inquisidor, el Fiscal inquisidor, el Abogado defensor, Victoria y José Joaquín,
se dirigieron a otra habitación cerrada, donde ambos le mostraron el lunar en
la nalga al Inquisidor y al Fiscal inquisidor.
José
Joaquín sorprendido, le preguntó a Victoria, que por qué no le había dicho que
tenía ese lunar… Ella contestó: nunca dije que no lo tuviera.
Inquisidor:
Muy bien, en efecto se confirma la existencia del cuarto rasgo, ambos tienen un
lunar en la nalga que es muy parecido. Prosigamos.
José
Joaquín: Mi última prueba es la piedra en la finca del señor Ricardo Gámez. Su
señoría le pido por la Virgen de la Macarena que se traslade conmigo a la
piedra y pueda ver la inscripción. No queda muy lejos, y estamos hablando de
salvar una vida.
Inquisidor:
¿Está pidiendo que este honorable tribunal se traslade a ver una inscripción en
otro lugar?
Abogado
defensor: Su señoría, la inscripción es importante, es la fecha de un último
encuentro en ese sitio del testigo con la acusada, antes de que se separaran.
Inquisidor:
No se por qué accedo a esta petición, pero por pura curiosidad iré a ver la
piedra.
La
audiencia gritaba de júbilo cuando el inquisidor aprobó la solicitud de ir a la
piedra. Del tribunal hasta el lugar se organizó toda una procesión encabezada
por José Joaquín y el Abogado defensor, que iban guiando al Inquisidor y al
Fiscal Inquisidor hacia el sitio donde estaba la piedra, y atrás venían todos
los asistentes a la audiencia que los seguían.
Caminaron
media hora y llegaron al sitio, donde aún estaba el árbol de cerezo, había un
nieto de Ricardo Gámez con 10 ovejas, que se sorprendió cuando vio llegar a la
multitud.
El
Inquisidor solicitó autorización para entrar, pidió un poco de agua, y luego
procedió al lugar que le indicaron José Joaquín y el Abogado, de donde se
encontraba la piedra. En efecto ahí estaba. Una gran piedra enterrada que
sobresalía un metro de una planicie de pasto, y a un costado, un corazón con
los nombres de María Concepción y José Joaquín, con la fecha del 13 de Febrero
de 1634.
La
multitud luego de ver la inscripción, gritaba ¡inocente¡ ¡Inocente¡ y los
gritos se oyeron, hasta que retornaron a la sede de la audiencia.
El
Inquisidor solicitó silencia, para proseguir…
Inquisidor:
Muy bien, señor José Joaquín y Abogado defensor, ¿tienen alguna otra prueba que
solicitar?
Abogado
defensor: Si su señoría, queremos que la procesada María Concepción Acevedo
declare.
Inquisidor:
Muy bien, a pesar de que la señora María Concepción Acevedo ya había declarado,
sobre otros hechos, y si es su deseo declarar nuevamente a favor de su defensa,
le concedo el uso de la palabra.
María:
Si su señoría, yo quiero declarar.
Inquisidor:
Muy bien, abogado proceda a entrevistar a la procesada.
Abogado
defensor: Señora María Concepción, ¿tuvo usted relaciones amorosas con su tío
Mario Acevedo, que en paz descanse?
María:
No, mi tío Mario Acevedo, siempre fue un padre para mí, y el siempre me trato
con respeto y como una hija.
Abogado
defensor: Señora María, ¿está usted casada con el señor Ramón Valdez?
María:
Ya no…
Audiencia:
Ohh
María:
Hace un año recibí una carta en la que me informaron que había muerto en un
naufragio en nueva España… No quise decirle nada a mi hija, para evitar su
sufrimiento.
Audiencia:
Ohhh
Victoria
miró a su madre con extrañeza y José Joaquín frunció el ceño.
Abogado
defensor: Es decir, que es usted viuda.
María:
Si, así es.
Abogado
defensor: Lo siento mucho,… Señora María, ¿puede decirnos si conoce usted a
José Joaquín Calderon?
María:
Si, lo conozco.
Abogado
defensor: Nos puede decir, ¿Qué relación tuvo con José Joaquín Calderón?
María:
Fuimos novios, hace 16 años.
Abogado
defensor: ¿Puede decirnos si cuando fueron novios, usted tuvo relaciones antes
del matrimonio con él?
María:
Si, así fue.
Abogado
defensor: ¿Puede decirnos si la piedra ubicada en la finca del señor Ricardo
Gámez, que tiene un corazón, con los nombres de María Concepción y José
Joaquín, fue tallada por el señor José Joaquín?
María:
Si señor, así fue.
Abogado
defensor: ¿Puede decirnos si la afirmación del señor José Joaquín, de que
Victoria es su hija, es cierta?
María:
Si, es cierta… Victoria es hija de José Joaquín Calderón. José Joaquín y yo
tuvimos relaciones prematrimoniales, y nos íbamos a casar, luego llegó una
carta en diciembre, donde lo trasladaban a Cádiz, él me dijo que volvería por
mí para casarse conmigo, y seguimos nuestro amorío. Si bien la orden llegó en
Diciembre, tuvo que esperar tres meses para que un barco de la armada llegara a
Tenerife para llevarlos a Cádiz. El estaba muy triste, se embriagó, llegó a mi
casa por la noche y nos escapamos. Estuvimos toda la noche juntos. Al amanecer
el aún estaba dormido y borracho, yo regresé a mi casa por temor a mi padre,
quien se dio cuenta de lo ocurrido, me reprendió y me encerró en mi cuarto, no
pude despedirme de él, en el puerto. Luego de que se fue, nos seguimos
escribiendo, tres meses más. Luego no volvió a escribirme, y luego supe que
estaba embarazada. Iba a escribirle sobre mi embarazo, si el me volvía a
escribir, pero eso no sucedió, no hubo ni una carta más. Luego el señor Ramón
Valdez comenzó a frecuentar la panadería, comenzó a cortejarme, y me casé con
él en dos semanas. Cuando supo que estaba embarazada, y que no era de él, me
rechazó y se embarcó en el primer barco que lo aceptó. Venía con cierta
frecuencia a veces, a visitarme, pero no quería a ni a mi hija, ni a mí. Hasta hace
un año que me enteré que había muerto en un naufragio. No me enorgullece lo que
he hecho, pero no me arrepiento de nada tampoco. Tengo a una hija maravillosa,
que amo, y que ha resistido junto a mí todas estas dificultades de la vida… He
terminado…
Abogado
defensor: No tengo más preguntas su excelencia.
Inquisidor:
Muy bien… vamos a hacer un receso para alegar…
Comienzan
los alegatos…
Fiscal
Inquisidor: La defensa ha traído a colación una historia de amor de hace 16
años, para tratar de distraer a la Santa Inquisición de sus deberes y es
castigar la herejía, de personas como María Concepción Acevedo, quién
infamemente ha tenido relaciones extramatrimoniales con un miembro de la Armada
Española, ha engañado a su esposo que en paz descanse, ha tildado a su hija de
bastarda para salvarse, y no contenta con ello, ha tratado de ocultar sus actos
de hechicería con su tío, quién es el verdadero padre de su hija Victoria. Que
no nos engañe su cara, porque es una criatura demoniaca en todos los sentidos,
que ha manejado a su antojo, a todos los hombres de su vida, tanto así, que ha
traído a su viejo amor, para orquestar toda esta mentira y todo este circo para
engañarnos y librarse de sus pecados. Como pretende hacerlos creer que de dos
personas blancas, va a salir una niña casi que mestiza o moriscas. Quién nos
puede asegurar que esa escritura en piedra, no fue tallada hace una noche. No
señores… No su excelencia… no podemos caer en la trampa de una mujer hechicera
y pecadora… por eso pido condena en la hoguera.
Abogado
defensor: Su eminencia, oír al Fiscal de la Santa Inquisición, preocupa… y
preocupa porque pone en duda la fe y el amor de nuestro Dios y nuestro Rey…
Hemos logrado probar una historia de amor, en medio de una sarta de mentiras,
con las que acusaron a María Concepción Acevedo… Una mujer que amó a un hombre
que dijo que se iba a casar con ella, pero luego se fue por orden de su
Majestad el Rey, tuvo que partir de Tenerife a Cádiz, rompiendo un compromiso
de amor. Una mujer sola, embarazada, que buscó la forma de salvaguardar su
honor y el nombre de su hija, con el matrimonio. Se casó con Ramón Valdez,
quien al principio la aceptó y luego la repudió, y la rechazó. Pero ella siguió
ahí, fiel… hasta que la desgracia volvió a tocarla, con la muerte de su esposo
en un naufragio. Qué más castigos queremos infringir tal vida penumbrosa. Qué
culpa tiene la hija Victoria, del pesado designio de su madre. El cielo ya ha
castigado mucho a esta pobre alma en la tierra, como para que el hombre decida
mancillarla más. Por lo anterior, solicito su absolución…
Inquisidor:
En nombre de Dios y la Santa Iglesia, que nos ha otorgado el poder para
combatir los actos de herejía, hechicería y blasfemia, me permito tomar una
decisión en el caso de María Concepción Acevedo, en los siguientes términos:
La
acusación de hechicería y herejía en contra de la procesada se basa en las
acusaciones de varios vecinos que han afirmado en esta audiencia que la
procesada sedujo a su tío y en un acto incestoso, concibieron a su hija
Victoria. Que igualmente, dicho acto, va en contra de la moral y las buenas
costumbres, pues se constituye como una infidelidad a sus deberes
matrimoniales, pues la señora María Concepción estaba casada al momento en que
tuvo relaciones extramatrimoniales con su tío.
La
defensa por su parte, ha negado que la acusada haya sostenido relaciones
incestuosas y extramatrimoniales con su tío, y que muy por el contrario, la
acusada ha sido víctima de un destino cruel, que la separó de un amor, del cual
quedó embarazada, y que por salvaguardar el buen nombre de su hija, decidió
casarse con el señor Ramón Valdez.
Ante
estas dos posturas, este tribunal encuentra los siguiente:
Queda
probado que entre los señores José Joaquín Calderón y María Concepción Acevedo,
existió una relación extramatrimonial hace 16 años.
Que
dicha relación extramatrimonial se interrumpió por orden de su majestad, que
obligó al señor José Joaquín a irse de Tenerife y dejar a la señora María
Concepción Acevedo.
Que
por designio divino y por voluntad del amor entre José Joaquín Calderón y María
Concepción Acevedo, se concibió a una hija de nombre Victoria, lo cual, en esta
audiencia se probó a través de una inspección corporal, donde esta audiencia,
encontró signos muy parecidos entre Victoria y su supuesto padre, que van más
allá de meras coincidencias.
De lo
anterior, se resume que la acusación elevada por la Fiscalía de la Inquisición,
no cuenta con pruebas, más allá de las afirmaciones de testigos, que hoy hacen
parte de la audiencia y han gritado fervorosamente por la inocencia de la
procesada, como pudo evidenciar este tribunal.
De
esta forma, este tribunal exonera a María Concepción Acevedo, de los cargos de
hechicería y herejía, y la condena a pedir perdón por las relaciones
extramatrimoniales sostenidas con el señor José Joaquín Calderón, y todas las
mentiras que por dicho pecado ha generado. En virtud de lo anterior, se exonera
a la acusada de la pena de muerte por la hoguera, y se le condena a la
expiación, de rezar y pedir perdón por los pecados realizados. En todo caso, la
acusada queda en libertad a partir de este mismo momento.
Inquisidor:
¿Alguna objeción por la Fiscalía?
Fiscalía
Inquisición: No su excelencia.
Inquisidor:
¿Alguna objeción por la Defensa?
Abogado
defensor: Ninguna, su eminencia.
La
audiencia estalló con júbilo, la decisión del tribunal…
Victoria
abrazó a su madre, y lloraron juntas.
José
Antonio, José Joaquín, Manolo y el Abogado se abrazaron y festejaron el
triunfo.
********************
De
vuelta a la panadería…
Al
fin, José Joaquín y María tuvieron un momento…
María:
¿Te ha tratado bien la vida?
José
Joaquín: No mucho… pero sí mejor que a ti…
María:
No, no ha sido tan malo… No pensé que vinieras a mí.
José
Joaquín: La verdad, solo sabía que debía venir. Bueno y valió la pena.
María:
Tantos años… y no me escribiste…
José
Joaquín: Si, es complicado… me casé… y luego tuve una herida en un combate… mi
esposa me dejó…
María:
Y ese chico José Antonio, ¿es tu hijo?
José
Joaquín: No, es mi sobrino, pero es como mi hijo, lo he criado desde que era un
chaval. El fue el que vio, los parecidos entre Victoria y yo, y de ahí se nos
ocurrió inventarnos que ella era mi hija. Manolo y José Antonio tallaron la
piedra como les dije y el abogado hizo lo suyo… y bueno, luego tú estuviste
grandiosa en la audiencia… Nadie se dio cuenta que entre mi partida y el
nacimiento de Victoria hay menos de nueve meses.
María:
José Joaquín… Tu sobrino es un genio para darse cuenta de un secreto de más de
16 años. Yo no actué, porque sencillamente dije la verdad, y sí, Victoria es
hija tuya, y nació 8 meses luego de que te fuiste. Y sabes otra cosa, Victoria
siempre lo supo…
José
Joaquín: Pero María… ¿Qué estás diciendo?
María:
¿No me crees? Habla con Victoria, siempre quiso conocer a su padre.
José
Joaquín: Y ¿Por qué no me dijiste?
María
se sacó de su busto una carta y se la entregó a José Joaquín.
María:
Esta es la carta que te iba a enviar, si me contestabas, la guarde supongo que
para este momento.
La
carta decía:
José
Joaquín, amor mío.
Ha
pasado mucho tiempo, y me agobian las ganas de verte y de estar contigo. No sé qué
haría si en estos momentos decidieras abandonarme, no solo por mi corazón, sino
también por una gran sorpresa que debo darte. Vuelve a mis brazos pronto.
Con amor,
María.
José
Joaquín: María… ¿es verdad entonces? ¿Victoria es mi hija?
María:
Es una gran sorpresa… Sí es tu hija.
Muy buen desenlace de la historia presentada,te felicito hijo y espero que continúes esta historia con pasajes tan bién realizados que, nos mantienes enfocados esperando capítulos con desenlaces diferentes e increíbles.
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