Una pareja enamorada tiene que
enfrentar muy temprano una de las pruebas más duras para la juventud, y es el
difícil reto de ser padres. Los dos jóvenes tenían 4 meses de tener una
relación sentimental. Todo el problema inició en una fiesta en que todo salía
muy bien, la música, el ambiente, la luna (ay la luna), hasta que llegó la hora
peligrosa: 11:30 p.m.; todo estaba dado, y ocurrió lo predecible: surge aquella
propuesta indecente, no importa de quién (porque como dicen por ahí: el diablo
es puerco),
Se comienza con insinuaciones
generales y abstractas: ¿Vamos?
Obviamente si la pareja no se
encuentra en sintonía pregunta extrañada: ¿Para donde?
Y la otra insiste: ¿Vamos?
Pero es temprano ¿se te dañó el reloj? Yo no
quiero ir a mi casa.
Y así se da una posible salida al problema:
No, no vamos a tu casa… y guiña el ojo.
Y aún así si la pareja no
entiende reclama: ¿Qué te pasa? No te entiendo definitivamente… hoy te
comportas muy extraño.
El proponente muestra ya signos de desespero y
suspira mirando hacia el cielo…. (así surge la reflexión: si se habla claro se
entiende mejor o si no se presta atención nunca se va a entender un mensaje.)
Luego de esa lunática noche, se
presenta otra situación muy confusa la chica le expresa una frase tan abstracta
y sin rodeos a su novio
Laura: Jose…. Tengo un retraso
Jose: Si yo lo presentía
Laura: ¿De verdad? Pero… ¿cómo?
Jose: Si cuando te conocí creía
que eras normal, pero poco a poco me he dado cuenta de que en verdad tienes
problemas.
Laura: Pues si en verdad es un
gran problema.
Jose: Si debe serlo, ¿cómo haces para ocultar un
retraso? tus padres debieron esforzarte mucho para ocultarlo de las demás
personas y tu neurólogo debe de ser muy bueno, pues de no conocerte tanto, te
aseguro que no me hubiese dado cuenta….
Laura: Jose… ¿Qué te pasa? Yo no
soy retrasada mental, tú eres el que a veces pareces un idiota, un demente…
Jose: A ver Laura… sin insultos o
no vamos a ir a ningún lado. Yo pensé que me estabas haciendo la confesión de
tu vida y la explicación de por qué a veces parece que no entendieras nada de
la vida. Rayos ahora me doy cuenta que es algo de género, pues mi hermana
también tiene ese mismo problema, siempre le he dicho a mis papás que la lleven
a un psiquiatra.
Laura: ¡Ay José ya¡ ese siempre
es el mismo problema contigo, siempre haces las cosas más difíciles. Los hombres
son unos idiotas definitivamente.
Jose: Esta bien… esta bien, ¿para
donde tienes que ir que estas retrasada?
Laura: Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
¡definitivamente eres un idiota¡ no tienes materia gris en ese cerebro, es
negro como un vacío oscuro. Estoy tratando de decirte que este mes no me ha
llegado la regla. ¡Todo te lo tengo que dibujar con plastilina¡
Jose: Pero ¿cuál regla? Si eso no
es un problema yo te presto mi escuadra.
Laura: (se pone la mano en la
frente y mira desconsolada al cielo) Dios mío…. Dame fuerzas para no matarlo. ¡Mira
pedazo de animal¡ lo que te quiero decir es que creo o más bien, … bueno estoy
casi segura de que estoy embarazada.
Jose: Ahhh (Jose no ha comprendido todavía pero
luego de cinco segundos reacciona) ¡Ay mamá¡ ¿Laura pero qué estás diciendo?
Ahora si te volviste loca, tienes que ir al psiquiatra, ¿cómo así que estás
embarazada?
Laura: No estoy loca José, estoy
embarazada.
Jose: Y me lo dices así sin más
ni más, ¿tan tranquila y con ese cinismo? Laura la cosa es grave, ¿Qué vamos a
hacer? Esto es una locura, tengo 17 años y no he terminado el colegio ni
siquiera.
Laura: Y yo qué… ¿Acaso soy
profesional?, estoy en tu mismo curso pedazo de animal… pero buena pregunta
¿Qué vamos a hacer?
Los dos muchachos piensan mucho
en sus problemas, decidieron confirmar el hecho y esperar un poco más a ver si
el milagro se daba, pero luego de un retraso de un mes las cosas estaban
confirmadas, incluso Laura se hizo una prueba de embarazo, los dos ahorraron de
sus meriendas para comprarla. Jose perdió 4 exámenes seguidos, estudiaba mucho
pero durante el examen lo desconcentraba
la idea de ser padre. Y Laura no dormía casi con la preocupación, Y Jose
viéndola con esas ojeras le dijo: definitivamente estás embarazada (José
siempre tan oportuno y alentador), Laura lloró y lloró durante dos horas, pero
fue así como el cansancio del llanto la hizo dormir profundamente. Hasta que un
día Laura habló con Jose
Laura: Jose, necesito que me
acompañes, quiero contarles a mis padres
José: ¿Qué cosa? Y tragó en seco.
Laura: Bobo… lo de mi embarazo no
se cuando se me vaya a notar y no quiero seguir sola en esto.
Jose: Pero… ¿por que ahora? No
estás sola me tienes a mí.
Laura: ¡Gran ayuda¡ tu no me
dices nada, lo único que me dijiste fue que con mis ojeras tenía cara de mujer
embarazada.
Jose: yo no dije eso, eso no lo
dije yo estoy seguro.
Laura: Si pero te entendí
perfectamente, Jose necesito que me acompañes, necesito decirles a mis padres.
Jose: Pero,… porque no esperamos
un poco más, tal vez esto es un error y la escuadra te vuelve a llegar.
Laura: Jose ya me hice la prueba
y tú estabas presente, salió positiva. Y no es escuadra sino regla, la regla
jose, que no me va a volver a llegar sino después de 9 meses.
Jose: Pero Laura porque no
esperamos hasta que nazca el niño y le decimos?
Laura: Jose…. ¿Llegaste tarde a
la repartición de cerebros? Cómo se te ocurre que cuando nazca el niño, en
meses voy a tener una enorme barriga que no se podrá ocultar de ninguna vista y
todo el mundo me va a sentenciar a muerte, prefiero decirles ahora y sin
barriga.
Jose: Si Laura yo se, solo
bromeaba, tienes razón, lo que pasa es que no es fácil afrontar esto, tú crees
que me causa mucha gracia sentarme enfrente de tu padre y decirle: señor tengo
una noticia que lo pondrá a temblar: va a ser abuelo. Y mientras yo le digo, el
se va imaginar lo que los dos hicimos para tener un hijo, y me va a querer
ahorcar. Y lo que es peor, irá a mi casa y le dirá a mis papás y mi papá me va
a deshollejar vivo y…..
Laura: Jose ¡ya basta¡ se muy
bien todo eso, ¿crees que he podido dormir pensando en qué nos va a pasar y que
nos van a hacer? Si entiendo que tienes miedo, como yo. Pero ya no tenemos otra
alternativa, hay que afrontar lo que hicimos y entre más pronto mejor, creo que
pensar en lo que nos van a hacer es una tortura mucho más fuerte que ser madre
a esta edad.
Jose: si tienes razón, pero
déjame prepararme psicológicamente para todo esto. Salgamos el sábado, estamos
juntos nos tranquilizamos, y el domingo después de que tu y tus papás regresen
de misa, hablamos con ellos, con eso espero que tu papá no me mate tan rápido.
Y así fue, el plan se llevo a
cabo milimétricamente, el sábado la pareja pasó todo el día juntos, y el
domingo Jose escondido en un árbol de al frente de la casa de Laura esperaba
impaciente que sus futuros suegros regresaran de la misa. Pero ese día algo
infortunado ocurrió, el automóvil del padre de Laura sufrió una espichada o lo
que es lo mismo se le pinchó una llanta luego de que salieran de misa. Así que
este suceso infortunado hizo que el genio del padre de Laura el señor Martín
estuviera bastante mal.
Jose esperaba impaciente en su
árbol. Pasó una hora adicional, la
espera y los nervios hicieron que la vejiga urinaria de Jose le exigiera a este
que vaciara todo su contenido. Jose se retorcía, iba de un lado a otro pero
nada podía hacer al respecto; la necesidad fisiológica exigía una solución
urgente. Así que decidió regar con su orina el árbol que le había servido de
escondite durante más de una hora. Mientras Jose expulsaba todo cargamento
líquido llegaron los padres y Laura en el automóvil, que se percataron de que
había alguien orinando en la acera del frente, la madre (Nubia) dijo: ¿Qué
desvergonzado? Es un exhibicionista, Martín has algo. El señor Martín observó
bien y dijo: Laura… ¿ese no es tu novio? Laura vio la figura inconfundible del
futuro padre de su hijo y asintió diciéndose así misma: Jose no podías ser más
inoportuno, ay dios mío ¿de todos los hombres del mundo por qué me tocó este
bruto?
Jose se percató de que lo estaban
observando y trató de acelerar la evacuación de líquidos, pero lo único que
logró fue salpicarse aún más los zapatos de orín. Así entonces, recapitulemos
la situación, el padre de Laura estaba enojado porque le tocó cambiar una
llanta luego de la misa; la mamá de Laura (Nubia) estaba indignada porque Jose
estaba orinando en la vía pública sin ninguna vergüenza, y Jose tenía los
zapatos y parte de sus pantalones salpicados de orina, lo cual iniciaba a
notarse en el aroma que emitían sus zapatos.
Laura: Papá, mamá José y yo
tenemos que hablar con ustedes un asuntillo.
Jose: buenas tardes señora Nubia.
Buenas tardes señor Martín (y les ofreció la mano)
Nubia: Muchacho sería mejor que
entraras y te lavaras las manos primero.
Cuando ya se encontraban a dentro
de la casa, Jose saludó cordialmente ahora sí a don Martín y doña Nubia. Doña
Nubia trajo unos refrescos y galletas para todos.
Nubia: Muchacho no es bueno que
orines en la vía pública algún policía te puede hacer pasar un mal rato.
Martín: No solo la policía, si no
te hubiese reconocido te hubiese gritado un par de cosas, pero no solo eso,
solo me imagino la cara de los vecinos del frente si te hubiesen visto orinado
su árbol, y solo me imagino la cara que pondrán cuando coloquen el bote de
basura al lado del árbol y huelan el regalito que les dejaste. jaja jaja ja
Nubia: Martín por favor
Martín: Nubia, esta situación me
ha hecho muy feliz, ya hasta se me olvido que me tocó cambiar la llanta del
automóvil, j aja ja
Jose: (le dijo en secreto a
Laura) Definitivamente no han salido muy bien las cosas.
Laura: (Laura le respondió en
secreto) Tus zapatos huelen inmundo
Martín: Nubia, aquí también huele
a orines
Nubia: Andale sí, muchacho tienes
los zapatos mojados de orina.
Jose: Ay carajo¡ lo siento mucho
señora
Marianita la hermanita menor de
Laura al ver las galletas se encontraba también en la sala y dijo:
Marianita: Saquen a este zorrillo
de aquí
Nubia: ¡Mariana¡
Marianita: ¡Qué puerco¡ No tiene
puntería
Nubia: ¡Mariana¡
Matín: si tiene razón
Nubia: Martín silencio. Mariana a
tu cuarto. Muchacho quítate los zapatos y déjalos afuera.
La orden fue cumplida por todos
los presentes. Pero cuando volvió José a la sala sin zapatos otro olor se
alborotó: la pecueca
Martín: Ay Dios mío que castigo
divino
Nubia: Martín silencio
Martín: Nubia no se sabe que olor
era peor.
Nubia: Laura…. ve y busca un
polvo para los pies y dáselo a este muchacho.
Laura indignada por su novio fue
a buscarle un polvo para los pies, mientras que Martín se iba para la cocina
para evadir ese olor infernal.
Laura: Mamá no encuentro el polvo
Martín: ¡Qué desgracia¡ porque
todo hoy
Nubia: Martín por favor,… está en
el baño nena apúrate, antes de que no podamos sacar este olor de aquí
Al fin Jose se aplicó el polvo en
sus pies, y luego de unos segundos el olor quedó disipado en el ambiente.
Marianita: Que zorrillo pecuecudo
Laura: Mariana cállate
Nubia: Mariana a tu cuarto
Martín: Bueno, ya que podemos
respirar otra vez dígame ¿Qué nos quería decir? O mejor de qué nos querían
hablar ustedes dos?
Jose: Bueno don Martín…
Marianita: zorrillo pecuecudo
Nubia: Mariana a tu cuarto
Jose: Don Martín lo que ocurre es
queeeeeeee, no sabría como comenzar….
Martín: Por el comienzo muchacho,
por el comienzo.
Jose: Es que es muy difícil,
usted sabe yo soy el novio de su hija…
Martín: Pues sí eso lo sabemos
Nubia: Martín qué son esos
modales, anda hijo continúa
Laura: ¡Ay ya¡ mamá papá estoy
embarazada, y Jose es el papá.
Nubia: ¡Ay Dios mío¡ me va dar
algo
Martín: eres un desvergonzado, un
degenerado cómo te atreves a venir aquí
Marianita: zorrillo pecuecudo
degenerado
Martín: Mariana a tu cuarto….
Nubia mija te sientes bien. Laura cómo das esta noticia así sin anestesia tu
sabes que tu mamá es muy sensible.
Nubia: Ay Dios mío, no NO NO no
puede ser, mi hija madre soltera.
Jose: Señora yo voy a responder
Nubia: tu te callas zorrillo
apestoso
Laura: Mamá
Marianita: zorrillo pecuecudo
degenerado y apestoso
Martín y Nubia en coro: Mariana a
tu cuarto
Martín: sabía que esa pinchada de
llanta significaba algo malo, nunca se me había pinchado una llanta en misa,
Dios mío. Nubia háblame responde, ¿estás bien?
Nubia: Si Martín creo que ya lo
supere. Bueno y ustedes no son consientes de las cosas, qué estaban pensando
cuando hicieron…. Ya ustedes saben qué hicieron
Marianita: ¿Yo quiero saber que
hicieron, donde y cómo?
Martín y Nubia: Mariana a tu
cuarto.
Nubia: Martín ¿cómo la niña sabe
tanto de esas cosas?
Martín: Yo qué voy a saber, tu
eres la mamá, y no es una sino las dos, ya Laura esta embarazada, y donde
aprendió todo eso?
Laura: papá… ya esta bueno. Yo
aprendí por mi propia cuenta, pero ya no es hora de eso.
Martín: se nota que aprendiste
por tu propia cuenta.
Nubia: Ya Martín, ya no sirve que
hablemos de ese tema.
Marianita: Yo si quiero hablar de
eso
Martín: qué también estas
embarazada, Dios mío yo tuve que haber matado en otra vida a una monja.
Nubia: Martín compórtate. Si
Mariana después de que acabemos esta conversación hablamos, pero ahora ve a tu
cuarto. Martín cómo se te ocurre que Mariana esté embarazada apenas tiene 13
años y además no tiene novio.
Martín: Pues el cura habló de un
espíritu santo que hizo concebir a la Virgen María y después de la pinchada en
la misa, todo puede ser posible.
Nubia: Martín no seas estúpido.
Laura: definitivamente todos los
hombres son iguales.
Martín: Mira jovencita cuidado
con el respetico, Nubia no me digas así, mira lo que ocasionas.
Nubia: Ya Martín, ¿ahora lo
importante es qué vamos a hacer?
Martín: ¿Qué vamos a hacer? Qué
van a hacer ustedes más bien.
Nubia: Martín deja de pensar con
los pies.
Martín: con los pies es que
piensa este muchacho, y ya ves que huele muy mal
Marianita: es un zorrillo
pecuecudo asqueroso
Nubia: Mariana… Martín no puedes
hablar así, se trata de tu hija y de tu nieto, es un bebé que tiene en su
vientre ¿cómo puedes pensar así?
Martín: Pues cómo quieres que
piense si este día ha pasado de todo… sabía que esa pinchada de llanta no era
un buen augurio, y luego este viene a mi casa orinado y con pecueca, y para
rematar diciendo que embarazó a mi hija….
Nubia: Ya Martín cálmate, tenemos
que pensar con cabeza fría, estas cosas pueden pasar y esta es otra prueba de
Dios.
Martín: Y es que a Dios no le bastó
con ponerme a cambiar una llanta de carro en frente de todo el mundo y yo sucio
y sudado?
Nubia: Ay ya Martín deja lo de la
llanta, tenemos que pensar bien las cosas, ¿ya tus padres lo saben muchacho?
Jose: No señora
Martín: desvergonzado
Marianita: Pecuecudo
Nubia: ¡Mariana por el amor de
Dios¡ Hay que avisarles de inmediato, Martín prepara el carro, esta es una
situación que debe resolverse entre las dos familias.
Jose: No señora por favor, yo me
comprometo a decirle a mis padres, si ustedes van complicarán las cosas.
Martín: Ya vi el carro y la
llanta de repuesto esta pinchada también, y ahora no tengo ganas de volver a
cambiar la llanta.
Nubia: entonces vamos en taxi.
Martín: yo no voy, eso es un
asunto del muchacho, algún día debe tener pantalones para algo.
Marianita: Tiene pantalones para
orinárselos
Martin, Nubia y Laura: Mariana
cállate.
Nubia: esta bien muchacho, ve a
tu casa habla con tus padres…. tu los conoces más que nosotros y sabrás como
decírselo, pero si no se lo dices hoy, mañana yo misma iré a tu casa para
hablar con ellos así que tienes hasta mañana. Ahora te pido el favor que te
vayas que tengo que hablar con mi hija y con mi otra hija, y por favor llévate
esos zapatos apestosos de mi casa.
José se marchó de la casa de
Laura, las piernas le temblaban, por un lado sintió un alivio pues sintió que
las cosas en el primer lado habían salido bien, o por lo menos aún estaba vivo.
Pero luego cuando se acercaba a su casa, pensaba en cómo debía decirle tal cosa
a sus padres.
Llegó silencioso, su mamá lo
esperaba, le dio un beso, y lo condujo hacia la cocina para servirle la cena.
La mamá se llama Juana y el padre Pedro.
Juana: ¿Mijo cómo estás? ¿Donde
estuviste toda la tarde? Te siento preocupado ¿Qué te preocupa? Cuéntame tu
sabes que puedes contar conmigo.
Jose: si mamá tengo un problema y
tengo que hablarlo con mi papá y contigo.
Juana: ¿Tan grave es? Ya
enseguida llamó a tu papá: Peteeeeeeeeeer
Peter: Ya voy
Enseguida se sentaron los tres en
la sala y Jose les dijo:
Jose: mamá papá, sin más rodeo,
voy a ser padre y ustedes abuelos
Pedro: ¿Pero cómo? ¿Cuando?
¿Donde? ¿Por qué? ¿En qué momento aprendiste lo de la cigüeña quién te ha
quitado la niñez?
Jose: ¡Ay papá, por Dios¡
Juana: Jose…. No esperaba esto de
ti, te hemos educado con muchos sacrificios para que seas lo mejor, no es justo
que nos hagas esto, no tienes derecho.
Jose: A ustedes no les he hecho
nada, se lo hice una mujer. Mamá no puedo echar las cosas para atrás, no puedo
cambiar ya lo que hice, ahora tengo que afrontar las cosas y quiero saber si
cuento con ustedes para hacerlo.
Pedro: ¿y lo vas a hacer más?
Bueno si es cierto pueden hacerlo ya esta embarazada.
Juana: Peter… Jose se refería a
afrontar sus responsabilidades no a hacer otras cosas. ¿Y de quién es el hijo?
José: es mío
Juana: Ayyyy si tuyo y de quién
más?
Jose: de mi novia Laura
Pedro: Por lo menos no fue con
otra
Juana: Pedro por favor. Y ya esta
confirmado?
Jose: Si mamá
Pedro: ¡Ese es mi hijo¡, donde
pone el ojo, pone la bala
Juana: Pedro… qué es eso? Por eso
tu hijo se comporta así
Pedro: Pues se que no fue el ojo
lo que puso ni tampoco una bala, ¿verdad campeón? Ja ja
Juana: Esto no es para festejar,
tu hijo tiene 17 años, no es profesional y ahora tiene que sostener a su propio
hijo, y cómo no trabaja, te toca a ti dar para todos los gastos.
Pedro: Eres un muchacho
irresponsable, lo peor de este mundo, no pensaste en nosotros, en el gran
problema financiero que se nos viene encima, Ay Dios mío estaremos en la
bancarrota.
Juana: Pedro por el amor de Dios
madura un poco.
Pedro: Es que no había pensado en
el tema económico, no Dios mío tengo dos hijos y ahora un nieto por sostener,
la plata no alcanza para tanto. Muchacho si me muero tú eres el culpable.
Juana: Pedro ¡ya esta bueno¡ deja
de comportarte como un bebé, el problema no es solo lo económico.
Pedro: ¿ah no? Y a ti que otros
problemas se te ocurren, el económico
solamente me da dolor de barriga, para ti es muy fácil, yo soy el que
sostengo este hogar…..
Juana: ¡Pedro no más¡ Buscas
cualquier motivo para echarte un pedo, eres un cochino. Jose ¿y qué piensas
hacer ahora? ¿Ya diste la cara a los padres de Laura? ¿Ya ellos saben?
Jose: Si mamá ya saben, hoy les
contamos los dos.
Juana: es el colmo nosotros
siempre de últimos, y apuesto a que no pensabas contárnoslo.
Jose: Si mamá, claro pensaba
contárselo, pero después de que el bebé haya nacido.
Juana: Qué horror qué falta de
confianza en tus padres, qué crees tú que somos?
Pedro: Nos vas a llevar la
bancarrota, por qué? Qué daño te he hecho?
Juana: Pedro…. Definitivamente no
sirves para nada, siempre te desboronas en estas situaciones tan difíciles.
Jose: Ya mamá, no sabía cómo iban
a reaccionar y me daba mucho miedo, aunque ahora siento un gran alivio por
habérselo contado, lo único que se, es que me ha cambiado la vida, y ya no
puedo retroceder tengo que hacerle frente a todo lo que me viene encima y lo
haré pero me gustaría contar con ustedes en todo esto.
Peter: Ese es mi hijo… valiente
como su madre gracias a Dios no saliste a mí… verdaderamente te envidio… la
vida te esta haciendo crecer muy rápido… no se cómo me creíste el cuento de la
cigüeña en año pasado cuando te dije lo de tu hermanita, pero bueno, a mi me
tocó enterarme de que no existía cigüeña porque me lo contó tu mamá, para mí
fue muy duro, pero al mismo tiempo fue lo mejor que me pudo pasar, y fue saber
que yo te hice con todo el amor que le profeso a tu mamá, y no fue que un
pajarraco me trajo a un bebé extraño a mi casa. Hijo mío cuenta con mi apoyo, y
con este techo, con todo lo que yo pueda darte, solo espero que seas valiente y
afrontes todos tus problemas que yo estaré aquí siempre para apoyarte, aunque
me vaya para la bancarrota, no mentiras, un hijo es una de las cosas más
hermosas que puede tener un hombre. Tú y tu hermana me han dado la felicidad y
el sentido que le hacía falta a mi vida.
Juana: Peter… dicen que las
personas cambian mucho cuando son abuelos, pero ese cambio en ti ha sido muy extraño.
Jose, cuenta conmigo también, aunque no creas que no estoy enfadada contigo por
esto, ya hablaremos más adelante y así veremos que vamos a hacer con tu vida,
el discurso de tu padre es muy bonito, pero tener tus propios hijos tan joven,
no es fácil, la realidad supera la fantasía y la valentía desfallece cuando uno
no esta preparado para afrontar un problema como el tuyo.